Las cuatro fases del Modelo Hook

Edición Impresa

Pedro Gargoloff (*)

Médico

El intercambio de información de la revolución digital que vivimos suele hacerse mediante plataformas conocidas como Redes Sociales: Facebook, YouTube, X (Twitter), Linkedin, Instagram, WhatsApp y Tik-Tok. Si bien la difusión de información ha tenido un impacto útil durante la reciente pandemia, también ha generado usos inapropiados, como la difusión de noticias falsas y la certeza de la dependencia a las mismas; en estos casos, una adicción expresada en un uso excesivo, sin utilidad práctica para las vidas de las personas y por ende implicando comportamientos perjudiciales, en la mayoría de los casos sin conciencia de estas consecuencias negativas o minimizándolas, tanto en los adolescentes como en sus padres.

Tik-Tok es una red social de origen chino para compartir videos cortos, con contenidos recreacionales gratificantes, educativos y otros. Su metodología para generar un “enganche” con el consumidor, un uso creciente y una relación de sólida lealtad sigue el Modelo Hook, que consta de cuatro fases. La primera es desarrollar disparadores que impulsen a la acción, como los descripciones e imágenes de videos atractivos, curiosos, intrigantes. La segunda etapa es la acción, que requiere la motivación, centrada en la búsqueda de placer, y una tecnología con mínimos pasos para completar una tarea gratificante. Las recompensas-gratificaciones variables son la tercera: el placer que sigue a la acción no aparece todas las veces que se hizo click a los videos, ya que experimentalmente se conoce que es mayor la necesidad de aliviar la ansiedad para lograr la recompensa que la sensación placentera al recibir esa recompensa; estos premios de quienes desarrollan los videos los hacen sentirse aceptados, queridos o atractivos, identificados, como “recompensa de tribu”. Hacer los videos de Tik-Tok es la última y cuarta fase, ya que cuanto más tiempo y esfuerzo dedicamos a algo, más lo valoramos, apreciando que ese tiempo invertido es rentable, positivo y debe repetirse.

El desafío para los padres está en procurar en sus hijos un uso responsable de las plataformas identificadas como potencialmente adictivas, sin impedir el bienestar al emplearlas, pero también garantizando otros aspectos, como la seguridad y la privacidad.

 

(*) Especialista en Psiquiatría y Psicología Médica

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