Esto no es la despedida McCartney tiró en Río: “Nos vemos la próxima”

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Paul McCartney clausuró anoche su gira mundial “Got Back” en el estadio Maracaná de Río de Janeiro. Se suponía que sería su última vez en Sudamérica, quizás su última vez en los escenarios, pero Paul fue claro al respecto y respondió a la ovación final con una frase sin inocencia que estremeció al público: “See you next time” (”Nos vemos la próxima”).

Frustrada su presencia en la Argentina por razones económicas, la posibilidad de que McCartney le dijera adiós a Sudamérica para siempre se presentaba como una realidad difícil de tolerar para los fans. El desenlace de la noche en Río, con esa dosis de esperanza y ambigüedad, abrió un nuevo escenario.

En lo vocal, por otra parte -y el dato sirve para validar la expectativa-, McCartney se mostró en mejor nivel que en las giras de sus últimos años.

Sus 81 años tornan razonable a todas las especulaciones, pero el McCartney del Maracaná mostró que, si hay un final, no parece que vaya a ser precipitado.

El calor, intolerable, azotó de nuevo a Río de Janeiro y no faltaron temores a que se repitiera la escena de noviembre cuando falleció una espectadora en un concierto de Taylor Swift.

Pero lo único que hubo fue fiesta: con el bajo Hofner a cuestas, Paul inauguró la noche con “Can’t Buy Me Love”, y desde allí recorrió su inoxidable cancionero. Sonaron en Brasil “Got To Get You Into My Life”, “Let Me Roll It”, “Getting Better”, “Love me do”, “Maybe I’m Amazed” (que, dedicada a Linda McCartney, superó un test exigente para su voz); no faltó “Blackbird”, antes del tramo final de “Ob La Di-Ob La Da”, “Band On The Run”, “Get Back”, “Let It Be” y “Live And Let Die” con un despliegue colosal de fuegos artificiales. Demoledor.

Dos horas y media de show bajo el calor agobiante, que se cerró, como siempre, con “Hey Jude” y “The End”, para la conclusión del concierto.

Los fanáticos más antiguos dejaron el Maracaná recordando que la noche de anoche, acaso, fue equivalente al concierto que McCartney ofreció en Río de Janeiro en 1990, que el libro Guiness todavía computa como el recital con mayor concurrencia de la historia de la música (184 mil espectadores).

 

Paul McCartney

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