Rafa Nadal se prepara para el “último baile” de su carrera
Edición Impresa | 18 de Diciembre de 2023 | 04:09

No vio del todo claro el final de la pesadilla Rafael Nadal hasta el primer día de diciembre, cuando se convenció de que todo había terminado y que comenzaba una nueva realidad. El 2023 afrontaba el principio de su final y el mejor deportista español de todos los tiempos, con la temporada bajo el control de inventario, hacía pública su vuelta a la competición, su retorno a las canchas.
Nadal eligió las redes sociales para emitir el mensaje más esperado; mientras que se difuminaban las secuelas del absolutismo impuesto por Novak Djokovic, apuntalado por su triunfo semanas atrás en las Finales ATP y se apagaba la resaca justificada por el gran éxito de Italia en la Copa Davis de Málaga, el torneo que puso el punto y final a otra intensa temporada, Nadal advertía que en Brisbane, en la primera semana de enero, será el punto de partida y que volverá a formar parte del cartel del circuito profesional que tuvo que abandonar por una interminable lesión en el psoas ilíaco de la pierna izquierda.
Nadal intensifica su puesta a punto, su cuenta atrás para la vuelta. Y en su reestreno verá que pocas cosas han cambiado. El ganador de veintidós Grand Slam se encontrará con que Djokovic se mantiene como dominador absoluto del circuito. Que aquella generación que prometedora llamada a propinar un cambio de orden a la competición sigue incapaz, con un año más, y absorbida por otra camada, más osada, más atrevida y más convincente. Verá que los Daniil Medvedev, Alexander Zverez, Stefanos Tsitsipas y compañía han sido devorados por un cuarteto mejor. Si no más talentosa, al menos más atrevida, más osada. Liderada por Carlos Alcaraz, escoltado por Yannik Sinner y Holger Rune, representantes claros de los nuevos tiempos aún por llegar.
Llega Nadal otra vez al tour que para él arranca en Brisbane y la cima del ranking está igual. Ocupada por Novak Djokovic que acumula más de 400 semanas en la cúspide. Empeñado en asentarse como el jugador más premiado de la historia, de todos los tiempos. Ha aprovechado el serbio, a sus 36 años, el adiós de Roger Federer y el receso obligado del español para poblar su hoja de servicios y dar un estirón a sus méritos.
No parece que pase el tiempo para Djokovic que ha completado el 2023 con una de las mejores cosechas de su carrera y a un nivel de juego espectacular. Sin fisuras, inaccesible para el resto de adversarios. Ni consolidados ni prometedores. Nadie ha podido con el pupilo de Goran Ivanisevic que se ha quedado a un paso de lograr el Grand Slam. Solo la ambición de Carlos Alcaraz en uno de sus mejores momentos de la temporada, en pleno ecuador, le privó de ganar a Djokovic también Wimbledon, el único Grand Slam que no ha podido conquistar esta temporada.
El serbio ha cerrado el ejercicio con solo siete derrotas en 63 partidos disputados. Ha ganado siete títulos en este 2023. Entre ellos el Open de Australia, el US Open, Roland Garros y las Finales ATP. Además, el Masters 1000 de París, el M1000 de Cincinnati y el torneo de Adelaida. Solo cedió una final. La del All England Club de Londres. Desde el 2016, cuando consiguió el mismo número de premios, nunca había ganado tanto Nole que solo en el 2015, con once éxitos, y en el 2011, con diez, en pleno apogeo y en madurez, cerró con más trofeos en su mochila.
Rafael Nadal no volvió a competir desde el Australia Open 2023, cuando sufrió una lesión
Noventa y ocho títulos alumbran su recorrido profesional del número uno del mundo que representa la ambición permanente por ser el mejor cada vez que salta a una cancha; muestra una interminable lucha contra sí mismo: cada partido es un reto, cada torneo un desafío; envida al tiempo, planta cara a la edad, apuesta contra la historia. Resuelve las dudas que le acechan con determinación y mantiene a raya a los aspirantes.
La vuelta de Nadal reaviva la nostalgia. Es prudente el español después de un año distraído de la competición, al margen de la cancha. Sus metas distan de los objetivos de antaño cuando en cada curso apuntaba a ser el mejor. Ahora, desengrasado, en las profundidades de la clasificación mundial y fuera de la circulación por el momento, el español solo pretende volver a jugar, volver a competir, volver a contar. Fijó en su día el 2024 como el del epílogo a completar. Sin hacer números, sin marcar registros, sin grandes objetivos.
Aún así, su retorno reactiva a los melancólicos. A los que evocan el tiempo pasado como el mejor. A los que echan de menos los duelos irrepetibles entre Nadal y Djokovic, incrustados en las más brillantes páginas del deporte. A las batallas del “Big Three’, a los supervivientes de la etapa más esplendorosa y dominante del deporte de la raqueta.
Nadal tendrá que ver con lo de entonces, seguramente, pero el mundo espera el renacer de Rafa Nadal, al que contemplan todavía como el antídoto de Nole y el más capaz de cuestionar el absolutismo del serbio. Tantas veces ha renacido que pocos piensan en que está cerca su final. Lo sabe el serbio que ve en la presencia del español a otro desafío.
Se acaba el 2023 con Djokovic engrandecido, con Nadal renacido y con Alcaraz y Sinner como amenazas. Es el 2024 un año plagado de retos, de alicientes. De objetivos. El número uno del mundo apunta al Grand Slam que nadie consiguió desde que Rod Laver lo hizo en 1969, la última vez. Incluso añadir el oro olímpico en París 2024, que nunca logrado en su carrera.
Sí lo tiene Nadal. Aunque cuenta la ilusión por partida doble. Un nuevo Roland Garros, el decimoquinto y el podio olímpico, también en París, que puede marcar su retiro definitivo.
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