Se despertó con tres ladrones: dramático asalto a una jubilada de 84 años

Las personas jubiladas siguen estando en la mira de delincuentes, en diversos puntos de nuestra ciudad.

En algunos casos, “marcan” las viviendas de las víctimas como resultado de una tarea de inteligencia previa en el barrio, para conocer horarios de esas personas y saber si viven solas o con alguna compañía.

Pero también hay hampones que acostumbran actuar sobre seguro. Es decir, sabiendo de antemano en qué propiedad reside el o la jubilada. Para ello, suele haber alguien que oficia de entregador o entregadora.

Nadie por el momento pudo establecer a ciencia cierta si la banda que asaltó y sometió a una tortura psicológica, según lo indicado por fuentes vinculadas a la investigación del atraco, actuó al voleo o, por el contrario, “sobre terreno firme” en esa casa de dos plantas de 49 entre 21 y 22.

“PEDÍAN 200 MIL DÓLARES”

Uno de esos pesquisas confió a EL DIA que “estos delincuentes lograron ingresar alrededor de las dos de la mañana a la vivienda de la señora”.

Huelga imaginar el mayúsculo susto que se llevó la víctima cuando, repentinamente, abrió sus ojos y vio a tres desconocidos con sus rostros cubiertos, en su habitación.

Pero al miedo por la situación, se le sumó enseguida su desconcierto cuando escuchó un insólito reclamo.

El mismo oficial de policía reveló, en tal sentido, que “comenzaron de entrada a gritarle `¿dónde están los 200.000 dólares?`, para aturdirla y seguramente por si la mujer guardaba dólares, aunque fuera un monto muy inferior”.

La respuesta de la jubilada “fue que no tenía semejante suma de dinero y menos dólares”.

Por supuesto que la banda no creyó en las palabras de esta abuela y se abocó a pleno a revisar cada mueble y en los diferentes ambientes de ese domicilio.

“Hasta que al final la damnificada terminó confesándoles dónde ocultaba su dinero, que eran 48.000 pesos y estaban guardados dentro de una lata”, precisó el mismo vocero.

Claro que el botín con el que escaparon del lugar fue más suculento que el monto en efectivo.

“LE ROBARON VARIAS ALHAJAS”

Al respecto, el detective sostuvo que “los delincuentes además se apoderaron de varias alhajas, tanto de oro como de plata, que los ladrones encontraron en una especie de cofre dentro de un placard”.

Detalló entonces que “ahí la señora había puesto su alianza de matrimonio, un anillo de oro con tres brillantes y un cintillo de plata con brillantes”.

Pero los asaltantes, de tanto buscar por toda la vivienda, hallaron también más alhajas en el sector menos esperado: “vieron en el baño una caja, donde en su interior había dos cadenas de oro, una medalla de oro, una pulsera de oro, varias alhajas de plata, pudiendo recordar 14 anillos de plata, un collar de perlas, una cruz y un corazón, ambos de oro. También una bombilla de oro y plata”.

“TENEMOS A SU HIJA”

El momento más dramático del asalto, a decir del investigador policial, se dio cuando uno de los delincuentes, sin escrúpulos, “le dijo a esta mujer de 84 años `a su hija la tenemos abajo, si no decís dónde tenés el dinero, le cortamos un dedo´. Pero esta abuela trató con palabras de demostrarles que no la aterraba esa situación, que era ficticia y quizá la jubilada lo intuyó”.

También la víctima “les dijo que se fuera por el fondo de la casa, porque si salían por la puerta principal los podías ver vecinos”, aportó después el pesquisa.

Y la banda siguió el consejo de la damnificada, que de acuerdo a lo manifestado por el mismo policía, “la tuvieron cautiva en su vivienda durante una hora y media”. Antes de huir con sus cómplices, “uno de los asaltantes le comentó a la jubilada que su celular estaba debajo de la cama de su dormitorio. Y ella más tarde lo llamó por teléfono al hijo”.

Una fuente policial reveló que, en medio del asalto, un ladrón le dio a la víctima sus medicamentos