Victoria Almeida: “uno invierte lo poco que tiene en ir al teatro si no, te devaluás”

La actriz platense estrenó ayer “La burbuja” en cines porteños, mientras se prepara para el regreso de “Mi madre, mi novia y yo”

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En “La burbuja”, thriller argentino que se estrenó ayer en los cines porteños, hay una epidemia, hay una situación similar a la pandemia. “Y las cosas se van descarrillando”, cuenta la actriz platense Victoria Almeida, protagonista de la película de Miguel Ángel Rocca. La catástrofe se desenvuelve afuera y también adentro, en la casa a la que Daniela, el personaje de Almeida, vuelve para cuidar a su padre enfermo.

Es, de alguna forma, dice la intérprete en diálogo con EL DIA, la manifestación de “un montón de miedos que circularon por nuestras cabezas mientras vivimos la pandemia”. Pero el suspenso es de alguna manera el envoltorio, un contexto “para contar otras cosas”, para hablar sobre vínculos familiares, sobre el desgaste, los traumas, a través de un thriller.

Daniela viaja a aquel caserón antiguo, espacio geográfico perfecto para el suspenso por su tenso silencio y su aislamiento, para ayudar a su padre, enfermo, para cuidarlo. Mientras la situación se vuelve extrema, ellos quedan aislados, pero hay otra tensión: el padre, encarnado por Jorge Marrale, casi no habla. Pero algo pasa, algo pasó.

Ese silencio, dice Almeida, “es interesante: habilita algo en nosotros, los actores, cuando algo no se pone en palabras”. Daniela está bloqueada emocionalmente, y su historia no está dicha, no se pone en palabras, se va revelando a cuentagotas. El silencio, esta falta de palabras, sirve para trabajar la intriga, a la vez que ayuda a construir “ciertas ambigüedades, pistas, para darle al espectador” sobre lo que ocurre en el fondo de la cuestión, y sobre lo que viene, el giro final. El silencio es tensión: “La burbuja” es una película “sobre cómo se extreman los vínculos en esa situación de aislamiento”

“La burbuja” es también una película de catástrofe, algo cada vez más habitual en el cine actual. ¿Resabios pandémicos? ¿Aroma a fin del mundo en nuestras vidas, a nivel local, a nivel global? Almeida entiende que “hubo una época donde pensamos: ‘Bueno, la vida va a ser así’”, sobre la pandemia. Y que “algo de todo eso”, de ese sentimiento, se filtra en la película.

En ese sentido, reflexiona sobre los relatos construidos en tiempos de urgencias, sobre “cómo se instala una verdad”, algo que atraviesa la película: “Los medios juegan un rol en el relato, la verdad es algo que vamos construyendo. Incluso cuando hay indicios de que ocurre otra cosa, no las vemos, confiamos en el relato que nos armamos”.

Entre el cine y el teatro

Formada en el IUNA, la actriz platense que descubrió su pasión por el arte en el Bachillerato de Bellas Artes de la UNLP tomó clases con grandes maestros como Helena Tritek y George Lewis y hasta se instruyó en París con Ariana Mnouchkine durante una temporada. Pero sus inquietudes iban más allá de la actuación y comenzó a sumar disciplinas. Hizo canto, danza, teatro físico, bufón y fue becada por el Fondo Nacional de las Artes para perfeccionarse como comediante física. Pero fue el clown lo que más la atrapó. El circuito porteño le dio la bienvenida y allí dio sus primeros pasos.

Desde entonces, la carrera de Almeida ha estado más ligada al teatro que a otros medios. En los últimos años, sin embargo, la actriz ha participado en varias ficciones audiovisuales, incluida, por ejemplo, “El Reino”, de Netflix, donde hizo pareja con Alfonso Tort, con quien también forma dupla en “La burbuja”.

“Había un terreno ganado”, dice sobre volver a trabajar con Tort, y agrega que trabajar con Marrale “es bárbaro, no hay que hacer mucho esfuerzo”. Es su primera vez trabajando con el director Rocca, que, cree la actriz, la vio en “Joel”, la película de Carlos Sorín, uno de sus primeros papeles importantes en el cine.

“El trabajo en cine me fascina”, dice, pero “para los actores el trabajo en teatro nos aporta más estabilidad. Yo filmo una película por año”. Lo mejor, explica, es la combinación: “El trabajo en cine es más minimalista en lo gestual, en lo expresivo, respecto al teatro. Ir complementando los dos lenguajes es de una riqueza absoluta”.

Eso mismo hace ahora, cuando se prepara para volver con el éxito teatral “Mi madre, mi novia y yo” al porteño Paseo La Plaza este verano, en la que será la despedida de la obra que lleva 3 años en cartel. Comedia para tiempos complejos: “La gente está necesitando salir a divertirse, salir a encontrarse”, acota al respecto Almeida. “Uno termina invirtiendo lo poco que tiene en salir a tomar algo, salir al teatro… porque si no te devaluás”.

“La verdad es algo que vamos construyendo. Incluso cuando hay indicios de que ocurre otra cosa, no las vemos, confiamos en el relato que nos armamos”

 

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