Quienes tomaron alcohol deben reflexionar antes de arrancar el auto

Si bien recién se está en los primeros pasos de la ley de alcohol cero en la Provincia, desde distintos sectores se advierte que, por lo pronto, se ha venido asentando en más gente la idea de adoptar cuidados y restricciones, relacionados al consumo de bebidas alcohólicas, ya sea en restaurantes y bares como en las reuniones que se realizan en casas o lugares particulares.

Tal como surgió de un informe publicado ayer en este diario, se percibe una menor cantidad de consumo de bebidas alcohólicas en los locales gastronómicos, sobre todo en horas nocturnas y los fines de semana. Así también, desde el sector local de los taxis y remises se confirmó que existe un aumento de los viajes durante las noches. Desde esos tipos de transporte se aseguró que cuentan con testimonios demostrativos de que los vecinos ahora piensan dos veces, antes de arrancar el auto, si hubo un previo consumo de alcohol.

Como se sabe, en los fines de semana, en horas nocturnas y hasta la madrugada, en algunos puntos de la Ciudad suelen instalarse retenes con la participación de inspectores comunales y personal policial. Allí los conductores son sometidos a la pruebas de soplar en las pipetas, que marcan si hubo o no alguna ingesta de alcohol.

Si bien resulta prematuro extraer conclusiones y, asimismo, se conoce que existieron informes oficiales demostrativos de que habrían surgido bajos porcentajes de conductores que transgredieron la norma, importa más en estos primeros tiempos ponderar el “boca a boca” en la gente. Esto significa valorar la sensación de que no son pocos los que se notificaron de que corresponde cuidarse y, por consiguiente, dejar de tomar alcohol para poder manejar sin problemas. Ya en muchos grupos familiares o de amigos están eligiendo a alguien que no ingiera bebidas alcohólicas y que conduzca el vehículo.

Existieron y siguen existiendo, como se sabe, muchas normas que fueron resonantes al ser sancionadas y que tuvieron después resultados muy pobres y hasta contraproducentes.

En los Estados Unidos aún se recuerda el saldo negativo que dejó “ley seca” –que buscó ilegalizar la fabricación, transporte, importación, exportación y la venta de alcohol para consumo- que derivó casi de inmediato en el desarrollo de la fabricación clandestina y el próspero negocio de las bebidas destiladas en cualquier lugar que se vendían a mucho mayor precio.

Como se sabe, la ley de alcohol cero (15.402 ), que entró en vigencia el primer día de este año, surgió como corolario de un reclamo de largos años impulsado por entidades relacionadas a las miles de víctimas que por año causan los distintos incidentes viales. Y debe insistirse en que su valor principal debe pasar por el hecho de que promueva en la sociedad conciencia sobre las responsabilidades que origina el tránsito.

No debiera existir duda alguna en la población acerca de que la finalidad esencial es educativa, sin perjuicio de que resulta esencial que sirva para detener la sucesión de dolorosas tragedias que enluta nuestras rutas y calles. Asimismo, debiera disiparse toda presunción de que existe en el Estado un mero afán de recaudación a través de las multas.