La interna oficial se coló en un acto de Alberto F. en Berazategui
Edición Impresa | 11 de Febrero de 2023 | 03:48

Por JOSÉ PICÓN
Alberto Fernández volvió a pisar ayer un distrito “amigo” en el Conurbano. En medio de la interna feroz que sacude al Frente de Todos, el Presidente retomó su apelación a la “unidad” del oficialismo desde Berazategui, en la previa de la primera reunión de la mesa nacional que se llevará a cabo la semana que viene.
La actividad estuvo plagada de mensajes políticos decodificados, más que en las presencias, en los dirigentes que resolvieron darle la espalda a la actividad del jefe de Estado. El faltazo de Axel Kicillof a una nueva incursión presidencial por su provincia, volvió a ser notorio. El Gobernador mantiene desde hace semanas un distanciamiento político de Alberto Fernández, más precisamente desde aquella reunión en Chapadmalal donde sospecha que fue víctima de una supuesta operación política para enfrentarlo a Cristina Kirchner.
Cerca de Kicillof dejan trascender que operadores de la Casa Rosada salieron a filtrar una inexistente simbiosis política entre el Gobernador y el Presidente luego de aquél encuentro de principios de enero. Acaso como para ratificar pertenencias, el Gobernador hace rato que no acompaña a Alberto Fernández en sus bajadas a la Provincia. “No nos invitan o lo hacen sobre la hora, cuando Axel ya tiene actividades programadas”, es la excusa que se esgrime en la Gobernación. En el fondo, el distanciamiento es fuerte en sintonía con los desplantes de La Cámpora al primer mandatario.
De hecho, no hubo en el acto de ayer en Berazategui representantes de la agrupación que lidera Máximo Kirchner. Tampoco aportaron aliados del diputado nacional como Martín Insaurralde, el jefe de Gabinete de Kicillof.
GESTOS
Esos gestos dicen tanto como que el anfitrión del Presidente haya sido Juan José Mussi, el inoxidable alcalde de aquél distrito del sur del Conurbano. Mussi fue uno de los intendentes que no asistió a la reunión convocada por Máximo Kirchner hace algunos días en Merlo en la que se buscó presionar al Presidente para que finalmente conformara la mesa nacional del Frente de Todos.
Otro dato interesante de la movida de ayer: el que cantó presente fue Fernando Espinoza, el alcalde de La Matanza y otro de los que faltaron al llamado del jefe del peronismo bonaerense.
Más allá de los mensajes políticos que aportaron presencias y ausencias, el discurso de Fernández buscó en parte bajar las tensiones internas luego de que debiera cancelar una cumbre de gobernadores prevista para este fin de semana ante un posible faltazo de varios mandatarios.
“Tenemos que estar unidos para que los enemigos de la patria no tomen el poder; lo escribía Perón y está vigente”, indicó. “Podemos discutir y tener diferencias, lo que no podemos es dividirnos”, aseguró el jefe de Estado.
El Presidente firmó en Berazategui un convenio para construir una sede de la Universidad Nacional Arturo Jauretche (UNAJ).
Claro que en sintonía con sus aspiraciones reeleccionistas, Fernández salió a defender su gestión. “Argentina creció un 16 por ciento, lo que nos convierte en el segundo país del mundo que más creció en los últimos años; sólo China nos supera en crecimiento económico”, dijo.
“Llevamos 23 meses de creación de empleo formal, creamos 1.600.000 puestos de trabajo, cuando llegamos la construcción tenía 200.000 trabajadores y hoy tiene 460.000 y eso es el resultado de las 5.800 obras públicas que encaramos”, manifestó al reivindicar la marcha de la economía pese a los altos índices de inflación.
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