Los campeones del ‘83 recordaron ese título, los mejores partidos y el rol de Bilardo
Edición Impresa | 17 de Febrero de 2023 | 01:12

Por MARTIN CABRERA
Días atrás se cumplieron 40 años del campeonato de Estudiantes en el torneo Soberanía, de la mano de Carlos Salvador Bilardo, y en una mano a mano inolvidable con Independiente. Desde diferentes ciudades del país y hasta del exterior, jugadores de ese plantel recordaron el título, repasaron partidos y destacaron el rol del Narigón.
En Mar del Plata vive Guillermo Trama, uno de los goleadores de aquel plantel. Destacó la importancia de aquel campeonato y de la lucha mano a mano con Independiente. “Teníamos la obligación de ganar en casi todos los partidos de la segunda ronda. No fue fácil porque teníamos mucha presión. Pero Carlos (Bilardo) nos enseñó todo lo que queríamos. Llegó un momento que jugábamos de memoria. Éramos muy solidarios y por eso logramos todo lo que logramos El partido que no me olvido más fue el de Vélez, el de la primera ronda. Hice el gol que la tocaron todos y al día de hoy lo repiten. Y el segundo se la doy de taco a Trobbiani y fue elegido el gol del año. Estábamos 2-1 y una de mis misiones era controlar las subidas del marcador de punta Se terminaba y el jugador de Vélez quedaba mano a mano con Delménico, pero llegué, lo crucé y saqué la pelota afuera. En el vestuario Bilardo y mis compañeros me felicitaron. Esa jugada representa lo que era ese equipo”.
Otros de los integrantes de aquel plantel fue Marcelo Trobbiani, quien desde Guayaquil recordó que estando en Boca lo fue a buscar Carlos Bilardo a su casa en Castelar a la 1 de la madrugada. “Me convenció rápidamente porque sabía que Estudiantes tenía un gran equipo. No me equivoqué. ¿El mejor partido? El que le ganamos a Vélez en La Plata con el gol del Tata (Brown). Este Club es especial. Me pasa que no a todos los clubes se quiere volver y a Estudiantes sí. Y no nos pasa a nosotros, les pasa a todos. Yo volví a jugar y como cuerpo técnico. Estoy orgulloso de haber jugado y sentirme parte de su familia”.
“Ese torneo se ganó con mucho fútbol ante un gran rival como Independiente y mucho amor a la camiseta”
Abel Ernesto Herrera,
bicampeón en 1983
Desde Rosario habló Juan Carlos Delménico, quien confesó que el 40 aniversario lo emocionó por demás: “Bilardo y su cuerpo técnico logró encaminar a más de uno de aquellos muchachos que siendo muy jóvenes no habían encontrado el camino del sacrificio y la pertenecía de ser campeones. Estudiantes me enseñó a la grandeza institucional. Me vincule con en el ‘82 de la mano de Carlos Bilardo y el Yacaré Echeverría. Este Club hizo que con mi familia nos vinculáramos con gente entrañable. Hoy me siento parte de la familia Pincha”.
Uno de los jugadores formados en Inferiores que se consagró campeón fue Julián Camino, que llegó de pibe desde Maipú. “Fue un equipazo. Los mejores recuerdos tengo. Íbamos a cualquier cancha y éramos protagonistas de local o visitante”. De inmediato describió a Carlos Bilardo y no dudó en definirlo como el “más inteligente” entrenador que haya tenido. “Era trabajado y obsesivo, supo formar un gran equipo. Gran parte ya estaba en el Club, pero supo ir a buscar el fútbol que nos faltaba y trajo a Sabella y Trobbiani, dos jugadores fundamentales. Y lo fue a buscar a Delménico, otra pieza clave. Los demás ya estábamos desde hacía varios años”. Dijo que el trabajo físico fue excelente y tácticamente era un equipo invencible.
En Elortondo, el el sur de Santa Fe, vive Hugo Gottardi, el otro goleador. Desde allí le dijo a este diario: “Ya había un gran plantel que había peleado el torneo anterior. Bilardo, que me había ido a buscar a Racing en 1976, volvió a finales de 1981 para sacarnos campeón. Y lo hicimos frente a un tremendo rival, lo que hizo más destacable el título”.
Por último tomó la palabra Abel Herrera, quien desde San Clemente no dudó en afirmar que fue uno de los mejores equipos en la historia del fútbol argentino. “Teníamos mucha humildad y trabajo. Muy solidarios. Carlos (Bilardo), el Profe Echeverría y el presidente Correbo nos simplificaron todo. Se bien los periodistas de Buenos Aires no nos tenían confianza demostramos que éramos los mejores. El grupo humano era espectacular y por eso hoy seguimos siendo amigos. Nos criticaban y éramos el único equipo que jugábamos con tres números 10.
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