Fuertes pérdidas rusas: dudas sobre su capacidad militar
Edición Impresa | 17 de Febrero de 2023 | 01:45

Mientras Moscú intensifica su ofensiva en el este de Ucrania, semanas de ataques fallidos contra la ciudad de Vuhledar, un bastión ucraniano en la región de Donetsk (este), destrozaron a dos brigadas rusas, abriendo interrogantes sobre las tácticas militares de Rusia y dudas renovadas sobre su capacidad para mantener ataques terrestres a gran escala.
El fracaso del ejército ruso en su intento de tomar Vuhledar es una derrota que le ha costado numerosas bajas y la pérdida de una importante cantidad de equipamiento militar, como carros de combate, según han subrayado las autoridades militares ucranianas.
Las tropas de Vladimir Putin intentaron a principios de febrero conquistar Vuhledar, destacado centro minero, con una especie de ataque suicida en campo abierto, que permitió al ejército ucraniano destruir con facilidad las unidades enemigas.
Según describen funcionarios de Ucrania y Occidente, así como soldados ucranianos, soldados rusos capturados y blogueros militares rusos, y tal como se desprende también de las imágenes satelitales y de video, la campaña rusa está flaqueando y se muestra disfuncional en el campo de batalla.
En las últimas semanas, Moscú aceleró el envío de miles de soldados de refuerzo, muchos de ellos reclutas nuevos e inexpertos, en un intento de las fuerzas de Vladimir Putin por exhibir avances antes del primer aniversario de la invasión, el 24 de febrero. Pero las dudas sobre la capacidad ofensiva de Rusia crecen cada vez más, sobre todo porque los funcionarios occidentales estiman que Rusia ya tiene a la mayor parte de su ejército combatiendo en Ucrania.
El secretario de Defensa británico, Ben Wallace, le dijo a la cadena BBC que “el 97 por ciento del ejército ruso está en Ucrania”, aunque no se explayó ni mostró evidencia de sus dichos. Desde el Pentágono, por su parte, estiman ese número cercano al 80 por ciento.
A Ucrania, no obstante, la batalla por Vuhledar también le está costando cara, por las bajas y la enorme cantidad de municiones que gasta para repeler el incesante aluvión de soldados rusos.
Como a lo largo de toda la guerra, los comandantes rusos cometieron en Vuhledar varios errores básicos, en este caso, no haber considerado las características del terreno -campos abiertos plagados de minas antitanques- y la fortaleza de las fuerzas ucranianas.
La plana mayor del ejército ucraniano calcula que en apenas una semana de combates en Vugledar, los rusos perdieron unos 130 blindados, incluidos 36 tanques, un cálculo ratificado por las imágenes tomadas por drones y analizadas por expertos militares independientes. Fuentes británicas estiman que Moscú perdió “1000 hombres en dos días”. Según analistas, las pérdidas rusas en Vuhledar son consecuencia de un gobierno (el de Putin) que niega la realidad o al que no le importan las bajas de sus combatientes que, además, han demostrado estar poco preparados para un conflicto de larga duración.
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