Los mejores pensamientos suceden en la ducha

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Las actividades automáticas y rutinarias pueden ir desde caminar a conducir por una ruta habitual, seguir una rutina de ejercicios, caminar por la naturaleza o tomar una ducha. Son actividades solitarias, que nos permiten desconectarnos del mundo exterior, y pueden servir para meditar y relajarse, además de abrir nuevas ideas y perspectivas.

Según informa ‘Psychology Today’ otro probable beneficio adicional de la ducha y la razón por la que es tan buena para pensar es que su ruido blanco bloquea la estimulación exterior. Produce algo así como una ‘privación sensorial parcial’, y desvía al espacio mental que la mente usa para deambular. Las ideas pueden surgir a la conciencia y llevarte a superar un callejón sin salida creativo.

Por eso una buena ducha puede ser una experiencia meditativa y una oportunidad para la introspección y la reflexión. También es un momento en el que pueden surgir grandes ideas y soluciones a nuestros problemas.

 

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