Balbo tomó fuertes decisiones que no solucionaron ninguno de los problemas estructurales

Desnudo de convicción y sin lucidez creativa, Estudiantes dio una paupérrima imagen. En seis fechas no ha podido ser un equipo convincente

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Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

Estudiantes jugó mal, como en muchísimos tramos de los seis partidos que lleva disputados en este ciclo tan alejado del gusto de sus hinchas.

Detrás del enorme ruido que hizo la salida de Mariano Andújar del equipo titular, y, en menor medida, la no inclusión de Mauro Boselli entre los once, ante la ausencia obligada de Guido Carrillo, hubo un equipo que no estuvo a la altura en un compromiso clave.

Balbo, quien decidió no hacer declaraciones (estuvo tan mal como todos los entrenadores que se llaman a silencio en situaciones competitivas adversas), fue valiente para tomar fuertes decisiones a la hora de armar el equipo, pero no consiguió solucionar los problemas estructurales.

Ahora con Ezequiel Muñoz en la defensa, pero dejando como líbero al Corcho Rodríguez (eso ocurrió en el primer tiempo), terminó lamentando otros dos goles recibidos.

Más allá de matices gruesos como la línea de juego que nunca se percibió con nitidez, y algunos detalles más pequeños, como algunas declaraciones públicas que lo mostraron demasiado confiado para enmendar un rumbo torcido, el ex-delantero mundialista y gran goleador en el fútbol italiano, jamás entró en el corazón de los hinchas.

Su contratación no movió la aguja del interés popular. La mayoría confesaba carecer de una opinión formada sobre su perfil de entrenador y eso representaba una gran incógnita.

La sensación, inconfundible por cierto, es que tampoco se generó una cordial relación entre el DT y sus dirigidos.

fiel a sus convicciones, tocó puntos sensibles y armó revuelo

Tres horas antes del partido, cuando comenzó a trascender la formación que Balbo había decidido, se armó un lógico escenario de comentarios y vaticinios sobre lo que podría ocurrir en la calurosa noche santafesina.

La salida de Mariano Andújar, que sin dudas no pasa por su mejor etapa de rendimiento, causó la principal sorpresa. Evidentemente, el entrenador venía elaborando el cambio por Daniel Sappa y debe haber incidido en el técnico la floja respuesta del histórico dueño del puesto en el gol de Sarmiento de Junín.

No eran pocas las críticas para quien supo ser arquero mundialista, pero de ahí a imaginar que podía perder la titularidad había unamplio campo de distancia.

Balbo, que habla poco y mantiene distancia con todos, mostró personalidad en un momento donde la crítica de los hinchas lo estaba apuntando sin darle respiro.

El tema central fue que ese mismo carácter fuerte no lo guió para construir una identidad albirroja confiable.

Como suele ocurrir, la última palabra la tendrá verón

Más allá de que Estudiantes tenga a Gorostegui como presidente y a una estructura que monitorea el pulso cotidiano del fútbol profesional, la decisión final será de Sebastián Verón.

Después del acierto contundente que significó la contratación de Ricardo Zielinski, en un momento deportivo bastante delicado, esta apuesta no resultó bien.

El tutor general, que hizo promesas fuertes sobre lo que ofrecerían sus dirigidos en el campo, anoche observó desde su posición la falta de convicción y el escaso nivel de aciertos de la criatura que él debía perfeccionar.

 

Otra contratación de un entrenador que lejos quedó de ganarse el apoyo masivo de la gente

 

La imagen brindada durante el segundo tiempo fue paupérrima. Cuando pasó a perder 2 a 0 ya no hubo margen para ninguna expectativa vinculada a poder alcanzar el empate.

Estudiantes gastó la recta inicial del campeonato intentando lo que no consiguió. Abel Balbo fue otra apuesta fallida y, por eso, la responsabilidad se agigantará para la próxima elección.

Sólo resta esperar el desenlace de una película que encontró un tramo tétrico en Santa Fe.

El ciclo flaco en eficacia recibió un golpe de nocaut y ofrece todos los síntomas de que no se pondrá de pie.

Estudiantes

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