Tomó mucho riesgo en busca del milagro y se volvió con una derrota presupuestada

El plan anti-River no surtió el efecto buscado. Quedó lejos del batacazo y terminó como partenaire del único líder. No hubo alguno que se luciera

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Martín Mendinueta

@firmamendinueta

El tres a cero final no necesita demasiada explicación. El único y cómodo líder de la Liga Profesional empezó poco preciso, pero terminó estableciendo contundentes diferencias con una formación mens sana que tomó demasiados riesgos al poner mucho suplentes.

Después de un intenso debate sobre la decisión implementada por el técnico Sebastián Romero, el Lobo empezó siendo una formación bastante bien parada en el campo y terminó sufriendo la notable diferencia de poderío técnico ante las individualidades millonarias.

Esta derrota estaba “presupuestada” y a nadie puede sorprender. Ganó el favorito, uno de los mejores o el mejor equipo argentino de la actualidad, pero sí es válida esta pregunta: ¿podría haber hecho algo o bastante más Gimnasia si hubiera optado por poner en cancha a sus mejores hombres?

Es contrafáctico. No sucedió. Da la sensación que asumió convivir con un peligro gigante y terminó pagando las consecuencias.

En esta etapa tan especial que transita el fútbol profesional albiazul los vaivenes, resultadistas y emotivos, están y seguirán estando. Cada partido que afronta representa una historia en sí misma. Ya eliminado de la Copa Argentina, pasa del torneo local a la Copa Sudamericana pensando mucho cuál es el camino más saludable.

Cada derrota lo complica y cada triunfo le susurra al oído que, si hace las cosas bien en el campo, no debiera afrontar severos inconvenientes con el fantasma del descenso. El tema es no caer en la tentaciónde guiarse demasiado por los extremos. Seguramente, la clave esté en no fijar domicilio en ninguno de ellos. El optimismo sin límite puede ser tan dañino como el temor exacerbado.

Anoche, el Lobo constató ante una multitud que su realidad lo obliga a cuidar “el mango” siempre. Su modesta coyuntura representa un exigente desafío que le demandará compromiso constante y el mayor esfuerzo que pueda realizar. Sabe que no tendrá descanso. Cada vez que salte al campo habrá un duro objetivo por cumplir.

el dominio de River fue claro, pero el Lobo estuvo bien parado

Tal como se preveía, el líder del campeonato sólo tardó pocos segundos en plantarse con decisión en campo albiazul, pero sus aproximaciones no fueron tan seductores como esperaba la multitud que llenó el Monumental.

Gimnasia, con más habituales suplentes que titulares, cumplió una tarea aceptable complicando, en base a su generoso despliegue de energías, los intentos millonarios.

Guillermo Enrique, por convicción y fuerza para pasar al ataque por la banda derecha, y Alan Lescano, con movilidad permanente en la distribución del juego, fueron los dos que se destacaron en el contexto de una primera etapa con clara supremacía del dueño de casa.

Un tema muy comentado volvió a ser la vehemencia que exhibe Guillermo Enrique cada vez que sale a marcar. Fue fuerte abajo sobre Enzo Díaz adentro del área y cometió un claro penal bien sancionado por Darío Herrera.

El estilo del defensor mensa lo ayuda para mostrarse siempre como un hombre al que no le pesa la responsabilidad y, también, lo perjudica cuando llega tarde en su intento por impedir el avance del rival.

Gimnasia sufrió bastante por la izquierda de su defensa; por allí se adelantaba Milton Casco, aparecía Aliendro y, además, se acercaba Nacho Fernández en algunos momentos.

La calidad individual de los jugadores a cargo de Martín Demichelis no se puede soslayar como un elemento clave para entender el curso de las acciones.

En el complemento las diferencias se profundizaron y el anfitrión se dio el gusto de florearse un poco ante su gente.

no hubo figuras destacadas, hicieron lo que pudieron

En el boletín tripero no hubo altas calificaciones. Lescano dejó algunos toques interesantes y Enrique, su voluntad inquebrantable. En el arco, Insfrán quedó parado lejos de los extremos. No fue el mejor ni el peor. Desvió con el pie un mano a mano con Rondón, pero dejó alguna duda en la respuesta que ensayó ante el cabezazo goleador de Aliendro.

Pasó lo que podía ocurrir. Gimnasia perdió y tendrá que apostar fuerte procurando ganar el sábado ante Belgrano.

Gimnasia aguantó bastante bien en el primer tiempo, pero el penal de Enrique lo complicó mucho

Insfrán no fue el mejor ni el peor. Evitó un gol y dejó dudas en el tanto que hizo Aliendro-

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