Una Autopista a medias, con lentitud en los peajes y baches en las calzadas

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Escasa cantidad de cabinas habilitadas para el “Telepase”, al punto de que las demoras para superarlas se igualan o son superiores a las que se registran en las cabinas de pago manual; pésimo estado de la calzada en algunas zonas, con baches y ondulaciones en el tramo entre nuestra ciudad y Hudson; banquinas descalzadas y un deficiente alumbrado nocturno en algunos sectores, forman parte, entre otras, de las deficiencias que exhibe la Autopista La Plata Buenos Aires y que originan fundados reclamos por parte de los automovilistas que la utilizan.

En la nota publicada ayer en este diario quedó a la vista un panorama ciertamente negativo para esa vía caminera, a la que aún le faltan obras civiles de magnitud como la bajada en City Bell, largamente postergada, en tanto que dejan de cumplirse con propiedad ventajas que, como el pago automático con Telepase, chocan con la escasa cantidad de cabinas habilitadas en el peaje de Hudson.

Este problema se agudiza en los horarios centrales y se vuelve crítico en los fines de semana largo, cuando la demanda vehicular crece en forma ostensible y se producen embotellamientos impropios de este tipo de vía caminera, en los que la rapidez en la circulación forma parte esencial de las características de toda autopista.

En cuanto al Telepase, ante una consulta de este diario, en Aubasa se admitió que hay inconvenientes en ese servicio, pero no se plantearon opciones de solución inmediata. Cabe reseñar que en los últimos meses, ese problema apareció entre los puntos en discordia entre la gestión de Aubasa y el gremio Sutba, que representa al personal de esa vía caminera. En los meses anteriores el personal realizó medidas de protesta -consistentes en el levantamiento de las barreras- en las que el gremio expuso su oposición al avance de la automatización del procedimiento de pago en los peajes.

En cuanto al deterioro de la calzada en algunos tramos, no deja de tenerse en cuenta que sobre la Autopista transitan diariamente unos 1.500 camiones, de muy pesado porte, que se dirigen al Puerto local o al polo petroquímico. Ese flujo vehicular también contribuye a lentificar y complejizar al desplazamiento de vehículos, aún cuando son las pocas cabinas de Telepase y las deficiencias en la calzada las que más trastornos generan.

Es de toda lógica suponer que los automovilistas, cuando eligen pagar para transitar por una autopista, como contraprestación buscan, hacerlo por una vía caminera que les garantice rapidez y fluidez en el traslado. En la medida que surjan obstáculos imprevistos, son los directivos de la concesionaria y los funcionarios responsables quienes deben asegurar que la Autopista brinde el servicio para el cual fue construida.

Se ha dicho ya que, en el caso de la Autopista La Plata-Buenos Aires, suelen registrarse incidentes que son impropios, como la eventual presencia de animales sueltos o los ataques a piedrazos a los ómnibus u otros vehículos que la transitan. Ahora se le suman deficiencias funcionales incompatibles, como la lentitud en los peajes o, entre otras, las fallas en calzadas y banquinas.

Está claro, entonces, que los responsables de la prestación y de los entes de contralor deben considerar la toma de medidas correctivas, para que la Autopista La Plata-Buenos Aires cumpla en forma integral -no a medias- con el cometido para el cual fue diseñada y luego habilitada.

 

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