Cantinflas: tres décadas sin el genio que creó un lenguaje cómico propio
Edición Impresa | 20 de Abril de 2023 | 02:56

Nacido en 1911 en un barrio pobre de México, Cantinflas dedicó 64 de sus 81 años de vida al oficio de hacer reír, hasta en la frase que eligió para su epitafio y que zanjaba su peculiar filosofía: “Parece que se ha ido, pero no es cierto”, frase que se cimentó hace hoy 30 años, cuando el artista dio su último respiro.
Su carrera artística la inició en la década de 1920 en los teatros ambulantes, después de probar fortuna sin éxito como boxeador, torero y bailarín, cuando Mario Moreno, entonces con el nombre de “Polito”, comenzó a interpretar papeles de borracho y de tonto que le llevaron a encontrarse con el tipo de “pobre popular” o “pelaito” chaparrito y descuidado que lo hicieron mundialmente famoso.
Existen diversas versiones sobre el origen del nombre artístico de Moreno, pero la más aceptada es que cuando trabajaba en un circo ambulante en 1934 interpretaba el papel de borrachín, que con sus contorsiones y vocabulario confuso, provocaba que desde el público le gritaran “en la cantina... te inflas”, lo que derivó en “Cantinflas”, nombre que Moreno adoptó de manera definitiva.
Fue el creador de un personaje sólo equiparable al Charlot de Charles Chaplin, por su característico bigote, sus pantalones caídos o el sombrero gastado, que le daban un aspecto descuidado y le situaban entre los más humildes, y a quien su colega inglés calificó como “el más grande comediante del mundo”.
Pero, sobre todo, creó un lenguaje disparatado, imposible de entender en la mayoría de las ocasiones, y que le permitía enfrentar las situaciones más dramáticas de la vida desde el humor. Esta peculiar forma de expresión motivó que la Real Academia Española aceptara palabras como “Cantinflada”: dicho o acción propia de quien habla como “Cantinflas” y “Cantinflear”: hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada.
Cantante, escritor, actor, compositor y productor, Mario Moreno Reyes rodó, con “Cantinflas” como protagonista disfrazado de una u otra manera, 51 largometrajes que dieron la vuelta al mundo. Sus parodias de vaqueros, boxeadores, policías, curas o toreros, a los que imitaba en sus movimientos mientras se recogía el pantalón grande y caído, compusieron un universo tan personal como divertido.
Con 24 años, en 1937, comenzó su andadura en el séptimo arte con “No te engañes corazón”, una cinta que pasó sin pena ni gloria, pero cuatro años más tarde estrenó “Ahí está el detalle”, su primer gran éxito que lo posicionó a nivel internacional y con el que entró en la llamada Época de Oro del cine mexicano, junto a figuras como María Félix o Jorge Negrete.
Aparte de la serie “Cantinflas”, sus títulos más conocidos fueron “El circo” (1942), , “Los tres mosqueteros” (1942), “Gran Hotel” (1944) “El supersabio” (1948), “El padrecito” (1964), “Si yo fuera diputado” (1951), “Abajo el telón” (1954), , “Pepe” (1960), “El analfabeto” (1960), “Su Excelencia” (1966) , “El ministro y yo” (1975), “El patrullero 777” (1977), “Un Quijote sin mancha” (1969) o “Don Quijote cabalga de nuevo” (1972).
Su carrera fílmica incluye también “La vuelta al mundo en 80 días”, basada en la novela de Julio Verne, en la que encarnó en 1956 a Jean Passepartout, el fiel mayordomo del millonario británico Phileas Fogg, interpretado por David Niven.
El 20 de abril se fue de gira hacia la eternidad. Y quizás se haya cumplido uno de sus vaticinios: cuando fue preguntado sobre cómo creía que lo iba a recibir Dios cuando muriera, respondió “no sabría decirle, pero espero que con una sonrisa”.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE