Las mujeres podrán votar en el sínodo de obispos
Edición Impresa | 27 de Abril de 2023 | 01:01

CIUDAD DEL VATICANO
Las mujeres tendrán derecho a votar en el próximo sínodo o asamblea de obispos de todo el mundo, una decisión sin precedentes en la historia de la Iglesia Católica, según anunció ayer el Vaticano.
La decisión fue aprobada por el papa Francisco y respeta la política del pontífice argentino de dar más espacio a las mujeres dentro de la milenaria institución.
La próxima reunión de obispos, que se celebrará en octubre, ha sido convocada para debatir sobre el futuro de la Iglesia, por lo que el Papa aprobó una serie de cambios, entre ellos otorgar el derecho a votar a las mujeres y a los laicos que asisten.
Se trata de la primera vez que tanto las mujeres como los laicos no consagrados que participan podrán votar en un sínodo, un derecho que estaba reservado a los clérigos y que las mujeres reclamaban desde hace mucho tiempo.
Además de los obispos, arzobispos y otros religiosos elegidos por las conferencias episcopales podrán votar otros “70 miembros (...) en representación de los demás fieles del pueblo de Dios”, indica el documento divulgado por el Vaticano.
“El 50 por ciento deberán ser mujeres y en lo posible jóvenes”, indica el texto.
“A la hora de identificarlos, se tendrá que tener en cuenta no sólo la cultura general y prudencia, sino también los conocimientos, tanto teóricos como prácticos, así como la participación, según su capacidad, en el proceso sinodal”, precisa el documento.
Desde el Concilio Vaticano II en la década del 60, los pontífices suelen convocar a Roma a los obispos y representantes de los obispados de todo el mundo para abordar asuntos concretos para la Iglesia.
Al término de las reuniones, los obispos votan propuestas concretas y las presentan al Papa, quien elabora un documento en base a ellas.
Francisco quiso reunir en el Vaticano a los obispos de todo el mundo para analizar grandes temas, como el lugar de la mujer en la Iglesia, la gestión de la pedofilia y la situación de las personas divorciadas que se han vuelto a casar.
Desde su elección en 2013, Francisco ha dado más espacio a los laicos y a las mujeres dentro de la Iglesia y nombró a varias mujeres en cargos importantes de la Curia Romana, el gobierno central.
De hecho, las mujeres que trabajan en la administración del gobierno de la Iglesia son cada vez más numerosas. En 2022 representaban el 26,1 por ciento de la población activa, frente a sólo el 19,3 por ciento en 2013, según una investigación de la periodista austríaca Gudrun Sailer, publicada por Vatican News.
El aumento de la presencia de mujeres ha sido alabado en público. Pero varias empleadas -que reservan sus identidades- lamentan las actitudes condescendientes y adversas a las que se enfrentan, particularmente entre los clérigos. “Aún queda mucho camino por recorrer”, subraya una de ellas, que trabaja desde hace 10 años en la Santa Sede. Para aumentar su visibilidad, las mujeres unieron sus fuerzas con la creación en 2016 de la asociación “Donne in Vaticano” [Mujeres en el Vaticano, en italiano]. Sus miembros, unas cien, se reúnen cada mes. “El objetivo es crear una red de intercambio y valorizar el papel de las mujeres”, explica su presidenta, Margherita Romanelli.
La creación en 2012 del suplemento femenino del Osservatore Romano, el diario oficial del Vaticano, fue el primer paso. Pero no duró mucho. En 2019, su fundadora Lucetta Scaraffia terminó por abandonar el proyecto al denunciar un “clima de desconfianza”.
Según ella, las reformas del Papa son esencialmente “cosméticas” y esconden en realidad una “mentalidad machista”, según la cual “las mujeres deber servir sin pedir nada a cambio”.
Scaraffia denuncia la “esclavitud moderna” que sufren las religiosas empleadas en el Vaticano y en otros lugares dirigidos por curas, obispos o cardinales, muchas de las cuales deben “cocinar, limpiar, lavar la ropa”.
PASO A PASO
A pesar de las críticas, un amplio sector aplaude la presencia cada vez mayor de mujeres en las estructuras eclesiásticas, con un número creciente de laicas empleadas para tareas específicas.
Desde la elección de Francisco hace 10 años, el número de mujeres con puestos de responsabilidad se multiplicó por tres. En 2021, la hermana Alessandra Smerilli se convirtió en la primer mujer en ocupar el cargo de secretaria (número 2) de un dicasterio, equivalente a un ministerio.
Otros ejemplos incluyen el de Barbara Jatta, la primera directora de los prestigiosos museos de la Santa Sede. El pontífice argentino sigue avanzando paso a paso. Las mujeres pueden participar en el nombramiento de obispos y la laicización de los puestos de “ministro” les abre nuevas perspectivas.
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