La Autopista amenazada por los piquetes y distintos trastornos
Edición Impresa | 11 de Mayo de 2023 | 04:29

La construcción de la autopista La Plata-Buenos Aires implicó la adopción de un modelo vial de excelencia en el mundo, cuyas características básicas pasan por la seguridad y velocidad en el traslado, el tendido de un trayecto cerrado de punto a punto, la existencia de dos mano separadas, cada una de ella con dos o más carriles amplios y en perfecto estado de conservación. Ello a cambio de un canon, el llamado peaje, que los automovilistas deben pagar para financiar la obra y su mantenimiento posterior en perfecto estado.
Ocurre que en el caso de la Autopista La Plata-Buenos Aires esos principios comenzaron a dejarse de cumplir hace ya hace muchos años. En los primeros meses en los que se habilitó se presentó el grave problema de la aparición de animales sueltos, en especial en los tramos correspondientes a Villa Elisa, Pereyra Iraola y Hudson, en una situación que originó graves accidentes y que costó mucho tiempo erradicar.
Con posterioridad y hasta la fecha, se sucedieron como en cascada distintos problemas que amenazan ya con desnaturalizar por completo la función que debe cumplir ese modelo caminero.
Ocurre que ayer, una vez más, miles de automovilistas, pasajeros de micros y conductores de transportes de carga vieron bloqueada la Autopista La Plata-Buenos Aires durante varias horas por un bloqueo realizado en la zona de Dock Sud y luego en la avenida 9 de Julio, impulsado por los dueños de empresas y choferes de micros de larga distancia, debido a un conflicto con la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CRNT) referido a la caducidad de licencias habilitantes para poder circular.
En cuanto al bloqueo de la Autopista, corresponde antes que nada señalar que, tanto ese tramo como el de la bajada en nuestra zona, se han convertido en escenarios propicios para realizar protestas por una multitud de motivos, sean de seguridad, laborales, salariales y por muchos otros tipos de demandas que no es del caso ponderar acá.
Corresponde reseñar también los casos de ataques a piedrazos en la bajada de la Autopista a La Plata o en cercanías de Dock Sud, en algunos casos con el propósito posterior de robar a los automovilistas que detienen su vehículo. Muchos asaltos se concretaron a través de esa modalidad.
También debe aludirse a la extrema lentitud con que en varias oportunidades deben sortearse los peajes, sea por escasez de cabinas de telepase o manuales, sea por los aluviones de vehículos propios de los fines de vacaciones o los feriados largos, sin que se cumpla con la disposición legal de levantar las barreras cuando se extienden las esperas.
Asimismo, puede hablarse del mal estado que presentan las calzadas en varios tramos, con baches u ondulaciones en el pavimento, en situaciones que ponen en serio riesgo al tránsito generalmente veloz, ya que la máxima permitida llega a los 120 km- hora. Todas estas deficiencias fueron y son motivo de permanentes reclamos por parte de quienes usan la Autopista.
Desde luego que sería carente de sentido negar los beneficios que apareja en buena medida la Autopista entre las dos capitales, pero la frecuencia y la creciente magnitud de algunos obstáculos autorizan las mencionadas protestas. Se está en riesgo, ciertamente, de que se vea desnaturalizada la bondad de un modelo caminero, que debería ser mejor resguardado y perfeccionado por la concesionaria y las autoridades responsables.
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