La coronación de Carlos: souvenirs para todos los gustos
Edición Impresa | 3 de Mayo de 2023 | 01:58

Platos con el rostro de Carlos III, paños de cocina y bolsitas de té conmemorativas llenan las vitrinas de los comercios situados tras el Palacio de Buckingham, listos para hacer negocio con la primera coronación de un monarca británico en 70 años.
“Hemos pedido el triple de lo habitual”, dice Sardor Zok, responsable de la tienda de souvernirs Cool Britannia, que espera ver la demanda aumentar a medida que se acerque la ceremonia del sábado.
En las calles de Londres y en internet hay para todos los gustos. La tienda de delicatessen Fortnum & Mason, que abastece a la familia real, vende un té Darjeeling orgánico especial para la coronación al precio de 19,95 libras (casi 25 dólares) por 200 gramos.
“Elegimos el Darjeeling porque, por lo que sabemos, el rey Carlos lo bebe con una cucharada de miel”, explica Ottilie Cunningham, una de las responsables de la marca, citando también “la pasión de su majestad por la agricultura biológica”.
La empresa de cerámica Emma Bridgewater, muy popular entre los coleccionistas de eventos reales, tiene una rica selección de vajillas para la ocasión. Cobra de 12 a 28 libras (de 15 a 35 dólares) por una taza de té o de café.
Todas las piezas están decoradas a mano, afirma el fabricante, añadiendo que las ventas empezaron con buen pie y se espera que sean mejores que las del jubileo de platino de la reina Isabel II, celebrado el año pasado.
Con motivo de la coronación también se venderán unos seis millones de monedas y medallas acuñadas para la ocasión, así como bijouterie, banderines y unas 10.000 teteras por valor de millones de libras, según previsiones de la consultora especializada Centre for Retail Research (CRR).
La crisis por el costo de vida pasa de repente a un segundo plano: visitantes y británicos gastarán más de 245 millones de libras (más de 305 millones de dólares) sólo en recuerdos de la histórica jornada, y más de 1.400 millones de libras si se incluyen los ingresos del turismo y las celebraciones en torno a la coronación, según CRR.
“FANÁTICA”
“Muchos de quienes compren souvenirs pertenecerán a la población de más edad (...) menos afectada por la crisis que desató el alto costo de vida”, dice Joshua Bamfield, director de CRR.
En las tiendas de recuerdos situadas detrás del palacio, los clientes ojean un surtido variopinto, dispuestos a gastarse “entre 15 y 20 libras”, según Ismayil Vadakkethil, gerente de uno de esos comercios.
Hay paños de cocina y guantes protectores con el escudo real, servilletas de papel con la bandera británica y remeras donde se lee “monarquía para siempre”.
“Mi madre es una monárquica fanática, tiene todo tipo de objetos reales en una vitrina”, explica Julie Whitehead, una australiana de 63 años. “Voy a llevarle recuerdos del rey Carlos, porque su vitrina está llena de cosas de la reina Isabel”, agrega.
Pero si los objetos de Carlos III se venden bien, también lo hacen los recuerdos con la efigie de la difunta monarca, que sigue siendo muy popular.
“Prefiero a la reina”, afirma Amélie Zerr, una turista francesa de 40 años que dice buscar un “recuerdo pequeño y kitsch” y no logra decidirse entre una taza o unos posavasos.
Desde hace algún tiempo, los clientes han cambiado un poco, señala Vadakkethil. “Ya no son sólo turistas, sino gente que trabaja al lado (...) londinenses que entran en la tienda sólo para comprar los artículos de la coronación”.
Para los británicos “es un acontecimiento importante”, ya que muchos verán una coronación por primera vez, considera Bamfield.
Y agrega: “comprarán cosas para recordarlo, forma parte de la psique británica”.
MÁS DETALLES DE LA CEREMONIA
En tanto, el Palacio de Buckingham anunció que Carlos III será coronado en el mismo trono de madera de roble báltico que se usó por primera vez en la ceremonia de coronación del rey Eduardo II (1307-1327). El llamado Trono de San Eduardo fue encargado en 1296 por Eduardo I para albergar uno de los símbolos más importantes de la historia de la isla, la llamada Piedra de Scone, que el citado rey capturó en la abadía de ese nombre tras derrotar a los escoceses.
Desde el siglo XIV, tanto el trono como la piedra sobre la cual se sentaban los monarcas han sido un elemento central en los actos de coronación de los soberanos británicos. En 1996, Londres devolvió la Piedra de Scone a los escoceses, que la exhiben en el Castillo de Edimburgo, a condición de que sea devuelta para ser usada en las coronaciones. El bloque de arenisca ya llegó a la capital británica procedente de Escocia para ser usada en la entronización.
Sin embargo, el Trono de San Eduardo es sólo uno de los varios asientos que se utilizarán en la ceremonia. En un comunicado, Buckingham detalló que, según la tradición, los reyes Carlos y Camila se sentarán en diferentes Sillas de Patrimonio, Tronos y Sillas de Congregación.
“En interés de la sostenibilidad, Sus Majestades han elegido usar sillas y tronos de la Colección Real hechos para coronaciones previas. Han sido conservados, restaurados y adaptados como se requería”, explicó la casa real.
Las Sillas de Patrimonio, de madera de haya bañada en oro, se fabricaron en 1953 para la ceremonia de coronación de la madre del soberano, Isabel II, el 2 de junio de ese año, y ahora se usarán en el acto de coronación de la reina Camila y en el comienzo de la ceremonia.
Mientras, los Tronos para la Entronización y el Homenaje fueron creados para la coronación de Jorge VI e Isabel, abuelos del monarca, el 12 de mayo de 1937. Por su lado, un centenar de Sillas de la Congregación, recubiertas de terciopelo azul, también se usarán en la Abadía de Westminster este sábado. Tras la celebración, estas sillas serán subastadas y los beneficios irán a parar a fundaciones caritativas.
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