La zurda de Gastón Benedetti, además de haber resuelto un pleito bravo, cada día vale más
Edición Impresa | 8 de Mayo de 2023 | 05:17

Por MARTIN MENDINUETA
Mostrando virtudes y méritos que sus hinchas celebraron hasta muy tarde, Estudiantes se regaló el enorme gusto de ganar por novena vez en el tan seductor ciclo que comanda Eduardo Domínguez.
Anoche se fue a dormir disfrutando su grata presencia en el lote de los terceros de la tabla y, mientras tanto, se mira al espejo, sonríe y se advierte felizmente cambiado.
Compacto (gran momento de Luciano Lollo y de Zaid Romero), luchador y criterioso (jugó un excelente partido el Corcho Rodríguez) y elegante para definir el pleito (fue la noche soñada del Vasquito Gastón Benedetti), el León sube y sube sin pedir permiso, empujado por la notable fuerza de su retocada identidad.
Creciendo a un ritmo sostenido que no para de entusiasmar a sus hinchas, la formación que anoche saltó al campo de juego sin Mauro Boselli, supo trabajar los distintos aspectos de una pulseada que no fue sencilla. Con orden, sostenido despliegue de energías y absoluto convencimiento del argumento que lo ha llevado bien alto, el Pincha tiene derecho a soñar con un futuro dulzón.
Sin perder de vista los destacados desempeños de Luciano Lollo, de Benjamín Rollheiser y del Corcho Rodríguez, el partido de Gastón Benedetti fue como para ponerlo en un cuadro. La elegancia y los recursos técnicos que mostró en la gestación de ambos goles lo ubican como el hombre de la victoria.
PENEL, SU CRITERIO ERRADO Y EL VAR SE “ROBARON” SIETE MINUTOS
Lo más saliente del primer tiempo fue un capítulo triste que la AFA debiera revisar en forma urgente. Ariel Penel le erró feo al sancionar penal sobre Benjamín Rollheiser, el VAR lo llamó para que fuera a ver la acción desde diferentes ángulos, tardó una eternidad (se perdieron 7 minutos), el juez terminó rectificando su decisión inicial y el partido sufrió un bache horrible. La nueva burocracia arbitral, que ha creado un ministerio de árbitros, asistentes y consejeros, está arruinando el espectáculo. Ya es insostenible; así, con estos papelones, de ningún modo están elevando la vara de la justicia deportiva. Los jueces no son buenos y, como si esto fuera poco, tienen enormes dudas a la hora de definir una situación que ellos mismos construyeron desde su criterio equivocado.
En cuanto al juego propiamente dicho, Estudiantes generó la situación más clara cuando Zaid Romero estrelló un cabezazo en el travesaño.
AL OFICIO LE SUMÓ EL TALENTO DEL MEJOR HOMBRE DEL CAMPO
El Tigre Gareca hizo cambios en el complemento pretendiendo una reacción que no pudo cristalizar. Estudiantes siguió erguido, con oficio de equipo trabajado. La mecanización de algunos movimientos se empieza a notar y eso a sus hinchas les encanta.
Cuando al torneo le quedan un montón de fechas, el Pincha se hace fuerte de atrás hacia adelante. Todo lo que ha mejorado en defensa constituye el estandarte de un ciclo impactante.
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