Tras el escándalo en el Bosque, desconfianza general, despido y crisis en el arbitraje argentino

Siguen los coletazos por lo sucedido entre el Lobo y Sarmiento. Beligoy echó a Abal, encargado del VAR en ese cruce, y arden los pitos

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El fútbol argentino, y sobre todo el arbitraje, atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia. Fin de semana a fin de semana los partidos terminan cargados de sospechas y la ayuda que venía a traer el VAR lo único que ha logrado es exponer aún más la incapacidad de los que acostumbran vestir de negro y, a la vez, generar mayor desconfianza dentro de un sistema poco claro y cada vez más cargado de intereses económicos.

Ante esto, en la jornada de ayer Federico Beligoy tomó una decisión que sorprendió al mundo de los pitos, ya que removió de su cargo a Diego Abal, encargado del VAR en el polémico empate 0 a 0 entre Gimnasia y Sarmiento del sábado pasado en el Bosque.

Y si bien en primera instancia se dio a entender que la decisión estaba relacionada con su edad (tiene 51 años y excede por tres la cantidad permitida para seguir en el referato a nivel profesional), no son pocos los que creen que hay otra historia detrás, cargada de desconfianza generalizada por parte de quien maneja los destinos del arbitraje a nivel nacional desde hace algunos años.

Se habla de reuniones muy tensas, con recriminaciones con tono muy elevado y hasta un comentario del propio Beligoy dando a entender que desde adentro trabajan complicando las cosas para intentar removerlo de la Dirección Nacional de Arbitraje de la AFA.

Lo concreto es que tras aquel “horro arbitral”, como lo definió en su momento Héctor Baldassi, Abal ya no conformará ningún equipo de trabajo de aquí en adelante en los distintos torneos que dependen de la Asociación del Fútbol Argentino.

Por el momento no se sabe qué sucederá con los casos de Gerardo Carretero (asistente del VAR en el empate en 60 y 118) y de Gabriel Favale (responsable de FIFA Quality, el control de calidad de la asistencia por video).

Lo cierto es que no deja de ser una decisión que genera un impacto grande tanto puertas adentro como puertas afuera de la AFA, institución que no suele tener ese tipo de manejos para con el cuerpo arbitral.

Lo que sí suele ser moneda corriente al momento del recambio generacional es que a los árbitros que excedan los 48 años, tal cual ha sucedido en el pasado con Carlos Maglio o Juan Pablo Pompei (por citar algunos ejemplos), se los deja en libertad de acción, no renovando así el vínculo con la entidad madre del fútbol argentino.

 

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