Astrud Gilberto: adiós a la voz de “Garota de Ipanema”

La cantante brasileña, reconocida por haber interpretado la versión en inglés del clásico carioca, murió ayer a los 83

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La cantante brasileña Astrud Gilberto, una de las mayores voces de la bossa nova y conocida en el mundo por su versión en inglés de “Garota de Ipanema”, falleció ayer a los 83 años, según informó su familia en redes sociales.

“Vengo a traer la triste noticia de que mi abuela se convirtió en una estrella hoy (por ayer) y está al lado de mi abuelo Joao Gilberto”, escribió Sofia Gilberto, nieta de la cantante, en la madrugada de este martes.

La artista murió en su casa en Filadelfia, Estados Unidos, según el sitio de noticias brasileño G1.

Astrud Gilberto nació en Salvador, capital de Bahia, noreste brasileño, en 1940 y estuvo casada con el músico Joao Gilberto, otro nombre notable del género que falleció en 2019.

Alejada de los escenarios desde 2002 y dueña de una discografía de 19 álbumes, Astrud Gilberto convirtió “Garota de Ipanema” -la famosa canción de Tom Jobim y Vinícius de Moraes- en un hit mundial con su versión en inglés junto al saxofonista Stan Getz.

Esa versión la convirtió en la primera brasileña nominada a los Grammy, premio que ganó en la categoría de mejor canción del año en 1965.

El mes pasado, los brasileños despidieron a otro de sus íconos musicales: la cantante y compositora Rita Lee, fallecida a los 75 años y considerada por muchos la “reina” del rock brasileño.

En diciembre, también desapareció Gal Costa, a los 77 años, quien convirtió en himno numerosas composiciones de la música popular de Brasil, elevándose a musa de la Tropicalia, que mezcló samba, bossa nova, jazz y rock psicodélico.

UN ÍCONO MUNDIAL

Inmortalizada en inglés por la voz dulce de Astrud Gilberto, “Garota de Ipanema” se convirtió en el mayor clásico de la bossa nova y más de sesenta años después ostenta el puesto de la canción brasileña más grabada en la historia.

“Olha que coisa mais linda, mais cheia de graça”... los versos que abren una de las canciones más conocidas del mundo fueron compuestos por Vinicius de Moraes y Antonio Carlos Jobim, en 1962.

Clientes asiduos del bar Veloso en el barrio Ipanema de Rio de Janeiro -después rebautizado como Garota de Ipanema-, veían pasar a diario a la joven Heloísa Pinheiro, entonces de 17 años, la chica que los inspiró con su “cuerpo dorado por el sol” y su andar “que es casi un poema”.

La primera interpretación en vivo de la canción -cuyo nombre original era “Menina que Passa” (La chica que pasa)- fue durante una presentación de Jobim, Vinicius, João Gilberto & Os Cariocas en el restaurante Au Bon Gourmet de Copacabana, en agosto de 1962.

Dos años después, Jobim, Gilberto y su esposa Astrud grabaron en Nueva York el álbum “Getz/Gilberto”, junto al saxofonista estadounidense Stan Getz, que incluía la mítica versión de Astrud, “The girl from Ipanema”.

“Garota de Ipanema” se convirtió en el mayor clásico de la bossa nova

Con versos cantados en inglés por la voz suave y melancólica de Astrud, sobre un ritmo sincopado de samba mezclado con jazz, la canción se volvió un éxito, vendió cinco millones de copias y cosechó, entre otros premios, un Grammy a la mejor grabación en 1965.

Astrud decía que debía su popularidad a una propuesta inesperada de Gilberto, en medio de un ensayo con Getz, para que cantara un coro en inglés. “Esta canción te va a hacer famosa”, le predijo Getz en el estudio de grabación.

Desde entonces, la canción ha sido grabada 442 veces, superando a cualquier otra música brasileña como la más grabada de todos los tiempos, según la oficina de recaudación de derechos de autor de Brasil (ECAD, por su sigla en portugués).

Tras la muerte de Gal Costa y Rita Lee, Brasil pierde con Astrud otro ícono de su música

La pista fue versionada por íconos como Nat King Cole, Ella Fitzgerald, Cher, Plácido Domingo, Amy Winehouse y Frank Sinatra, y se coló en escenas de decenas de películas y series.

La brasileña Anitta hizo una relectura del clásico en su canción “Girl From Rio”, que toma prestados una parte de la melodía y el ritmo de bossa nova de “Garota de Ipanema” para hablar de “otra Rio de Janeiro”, la ciudad de las “chicas sexy” de la periferia que “no lucen como modelos, tienen marcas de bronceado y grandes curvas”.

La cantante no fue incluida en los créditos de la primera versión del álbum y en su momento recibió apenas USD 120 por su participación, lo que el sindicato de músicos pagaba en la época por una noche de trabajo, de acuerdo con el libro “Chega de saudade: a história e as histórias da Bossa Nova”, del periodista Ruy Castro, citado por la prensa brasileña.

 

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