El uso de celulares al manejar, otro factor de enorme riesgo en las calles
Edición Impresa | 18 de Julio de 2023 | 02:07

El uso de celulares mientras se maneja un vehículo se ha convertido en uno de los mayores riesgos, al punto de que cuadruplica el peligro de manejar, según advirtieron especialistas de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV). El problema se agrava cuando quienes van al volante envían mensajes por escrito, advirtieron.
“Mantener una conversación a través de un móvil hace que enfoquemos buena parte de nuestro interés en la otra persona y dejemos de recibir información de la ruta, la calle o la autopista. Es lo que los psicólogos llaman ceguera por desatención”, señaló una de las advertencias difundidas por el organismo nacional.
Una señal de tránsito, un peatón que cruza, un semáforo en rojo o cualquier maniobra riesgosa de otro conductor pueden quedar relegadas por el interés que le presta el que maneja a la conversación que mantiene con otra persona.
Los integrantes de la ANSV destacaron que estudios realizados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) revelaron que chatear o usar el celular mientras se conduce un vehículo multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un siniestro vial, dado que disminuye hasta en 50 por ciento la atención de un conductor.
En el caso de los celulares no es raro ya ver a motociclistas, a ciclistas y aún a quienes se desplazan en monopatines eléctricos utilizando el celular o, en su defecto, ir con auriculares en los oídos escuchando música, totalmente desentendidos del tránsito en la vía pública.
También los expertos cuestionan otras actitudes como comer, beber o fumar mientras se conduce un vehículo. Advirtieron que “son acciones aparentemente sencillas que creemos tener dominadas pero lo cierto es que requieren más atención de la que parece”. El hecho de comer obliga a quitar una mano del volante durante largos periodos y también a quitar varias veces la vista de la ruta, explicaron.
Se enfatizó que son cuatro las distracciones que se pueden dar mientras se conduce, como apartar la vista de la calle, reflexionar sobre un tema de conversación, apartar las manos del volante y responder al llamado del celular, así como perder segundos al subir el volumen o sintonizar la radio.
Más allá de las responsabilidades directas de los organismos del Estado en estas cuestiones que hacen al orden vial, es evidente que el problema educativo pasa a convertirse en el que, con valor prioritario, define las actitudes que adoptan quienes se encuentran a cargo de un vehículo.
Son los conductores los primeros responsables en velar por su integridad física y la de su propia vida, así como de la terceros. Mientras siga siendo bajo el nivel de comprensión acerca de la responsabilidad social que exige el tránsito callejero, en tanto no se modifique radicalmente el comportamiento de quienes manejan vehículos, los episodios penosos y muchas veces trágicos que dependen de la conducta humana seguirán sucediendo.
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