Incidentes en el Obelisco tras la marcha por la muerte de un militante

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Una fuerte movilización se concretó ayer en las inmediaciones del Obelisco en repudio al accionar policial durante una manifestación en esa zona del centro capitalino que terminó con la muerta del militante social de izquierda Facundo Molares Schoenfeld.

La nueva manifestación -con predominio de partidos políticos de izquierda- se concentró en el cruce de las avenidas 9 de Julio y Corrientes y terminó con incidentes cuando encapuchados atacaron a piedrazos un centro de monitoreo de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires.

Durante la mañana, las columnas de manifestantes cortaron en forma total el tránsito en los alrededores al Obelisco y rechazaron la versión difundida por el Gobierno de la Ciudad en cuanto que la muerte de Molares Schoenfeld fue producto de una condición de salud preexistente. El alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, dijo que el deceso se produjo por causa de un infarto.

Anoche trascendió que la autopsia que se practicó sobre el cuerpo del militante fallecido pareció ir en esa dirección. La causa del fallecimiento fue “congestión, edema, hemorragia pulmonar-cardiopatía dilatada”. Además, otra de las conclusiones fue que el hombre de 47 años no recibió lesiones en el cuerpo.

“No se observaron lesiones traumáticas con características punzantes, cortantes o penetrante sobre la superficie corporal ni sobre los órganos internos salvo las mencionadas como injurias médicas en región inguinal derecha; las fracturas costales e infiltrados hemáticos en tórax descriptas, podrían ser compatibles con las maniobras de Reanimación Cardio Pulmonar consignada en la Historia Clínica del Hospital Ramos Mejía”, indicó el informe. De esta forma, este estudio preliminar descarta que la muerte se haya producido debido al accionar policial.

Participaron, entre otros, dirigentes y militantes del Frente Popular Darío Santillán (FPDS), la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (Utep), las dos CTA, la Organización Villera La Poderosa y el Movimiento Evita.

Tres horas después de haber permanecido en las inmediaciones al Obelisco, los manifestantes profundizaron su protesta con una marcha hacia Plaza de Mayo y desde allí otra vez hasta la avenida 9 de Julio para luego desconcentrar.

En ese último trayecto, un grupo encapuchado arrojó piedras y bombas “molotov” caseras contra el Centro de Monitoreo de la Policía de la Ciudad, ubicado en la avenida 9 de Julio y Diagonal Norte. Sin embargo, la policía no intervino.

 

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