Un debut fallido, totalmente opuesto a lo que pretenderá realizar el martes en Brasil
Edición Impresa | 18 de Agosto de 2023 | 04:54

Martín Mendinueta
@firmamendinueta
Así, no. Parado en un escalón de rendimiento muy bajo, Estudiantes fue apenas una sombra difusa de su conocida identidad combativa y terminó deambulando extraviado por el vecindario de barrio Alberdi.
El ansioso prólogo de su tan importante excursión copera no dejó sensaciones agradables y Eduardo Domínguez lo percibió tan o más rápido que los hinchas que siguieron el partido por televisión. Siempre tuvo claro que el equipo estaba torcido.
Sin figuras, desnudo de convicción para plasmar en el campo su propuesta futbolística y flojo de carácter en la crucial zona del mediocampo, el León jugó como no querrá hacerlo el martes próximo en San Pablo ante Corinthians.
La decisión de Domínguez de sacar a Mauro Boselli (minuto 22 del complemento) cuando necesitaba ir a buscar el segundo empate, y más tarde a Benjamín Rollheiser, dejó en claro que privilegió el duelo internacional por sobre la coyuntura de un partido fallido de sus hombres.
Se unieron dos factores. Advirtió que Estudiantes no fue inteligente ni eficaz para aprovechar su fugaz momento en la complicada noche cordobesa y, también, preservó a algunos para ir a Brasil sin sumar inconvenientes de último momento.
El DT puso ayer mayoría de titulares, pero al constatar la precaria prestación individual y colectiva “bajó la persiana de riesgos mayúsculos” y entendió, con nítida resignación, que regresaría al Country con las manos vacías.
Siempre estuvo clara la prioridad de la nutrida agenda y esa es seguir avanzando en la Copa Sudamericana.
Nada de lo observado anoche sembró dulce expectativa para lo que viene. De todos modos, la mentalidad y el altísimo nivel de motivación harán, sí o sí, que el equipo modifique drásticamente su postura cuando vuelva pisar el césped para competir. De ningún modo puede permitirse volver a salir a escena con tamaña debilidad.
nivel preocupante en la etapa inicial, sin aristas para valorar
Todo lo que Estudiantes no querrá hacer el próximo martes en San Pablo, cuando enfrente a Corinthians por la Copa Sudamericana, lo llevó a cabo durante los cuarenta y cinco minutos iniciales en la siempre complicada localía del Pirata.
Sin firmeza ni astucia para acomodarse a las dificultades del momento, el equipo de Eduardo Domínguez se vio claramente superado por el ímpetu y la buena presión alta ejercida por los dirigidos de Guillermo Farré.
Los cuatro hombres de la defensa no estuvieron en el nivel pretendido. A Juan Cruz Guasone le costó su inclusión en la retaguardia, pero de ningún modo fue el único responsable de la desteñida imagen brindada por el León.
Leonardo Godoy estuvo lejos de pesar en el libreto de ataque y, además, cometió un grosero penal que no admitía ni la más pequeña protesta.
Corcho Rodríguez y Ascacibar sufrieron en el mediocampo; allí Belgrano se los llevó por delante con más fuerza que claridad técnica.
Lo de Sosa llamó la atención. Nada le salió bien y fue uno de los puntos más bajos del olvidable boletín.
La primera impresión de Mauro Boselli, en su regreso al equipo tras distintas lesiones y una larga recuperación, fue la de un hombre al cual le costó adaptarse al exigente ritmo de las acciones. Aunque es cierto que más tarde daría su tradicional aporte goleador. Frente al arco su capacidad está vigente y debe ser tenido en cuanta para lo que está llegando.
la saludable costumbre del DT: hizo temprano los cambios
Fiel a lo que viene mostrando desde que llegó a Estudiantes, el director técnico mostró reflejos y mano firme para hacer dos variantes durante los quince minutos de descanso. Nada de perder tiempo, La flojísima labor del equipo ameritaba acciones de ese tenor.
Quedan conclusiones sueltas que servirán para amenizar la espera. Leonardo Godoy jugó mal. Guasone no brinda seguridad. El Corcho no estuvo fino en la faceta donde se luce: los pases. Ascacibar paso desapercibido en la batalla del mediocampo. No hubo rendimientos destacados, sólo Mauro Méndez, lejos de cualquier brillo, exigió siempre a los defensores locales.
Así, no. Estudiantes jugó como no deberá hacerlo en Brasil.
El primer tiempo de Estudiantes resultó muy flojo. Falló en todas las líneas y no supo frenar al rival
Boselli tuvo escasa movilidad, pero su distinguido olfato goleador está con la lucidez habitual
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