No puede superar la depresión post copa y su juego está vacío

Sin inventiva en la creación, fue aburrido verlo en acción. ¿Por qué Axel Atun no entró antes? Lento y previsible, el León está en mal momento

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Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

¿Qué le pasa a Estudiantes? ¿Cómo puede ser que después de haber alcanzado su nivel más alto de rendimiento semanas atrás, ahora esté mostrando un juego casi vacío de virtudes?

La sumatoria de su primer punto en el torneo llegó luego de un partido que, lejos de entusiasmar, se hizo tedioso de punta a punta.

Más allá de las ausencias obligadas por distintas lesiones de Mauro Boselli, Guido Carrillo, Jorge Rodríguez, Leonardo Godoy y Zaid Romero, sus grandes defectos fueron la parsimonia, los llamativos errores en los pases y la falta de convicción para ejecutar el libreto que solía identificar su manera de afrontar los partidos.

Como si se tratara de un equipo “gastado”, el León sobrevivió empatando porque a su rival también lo definió la impotencia.

Las salidas de Benjamín Rollheiser y de José Sosa faltando un rato largo para el pitazo final indican, con certeza, que la generación de juego fue uno de las principales problemas. Sin desbordes positivos por las bandas, Mancuso y Benedetti no tuvieron sorpresa ni desequilibrio en sus proyecciones, fue Mauro Méndez (único delantero) quien se las arregló para llevar algo de peligro hacia el arco rival.

 

¿Por qué Rollheiser bajó tanto su nivel? Está muy lejos de lo que supo mostrar y Estudiantes lo sufre

 

Estudiantes no consigue superar la depresión que le ocasionó su injusta eliminación de la Copa Sudamericana y hoy (más allá del impacto valioso que fue avanzar a cuartos de final de la Copa Argentina) su juego luce totalmente debilitado.

 

Ausente el Corcho, Domínguez ubicó a Sosa de cinco como iniciador del juego. Lo realizó sin éxito

 

SOSA DE MEDIOCAMPISTA CENTRAL Y MÉNDEZ LLEVANDO ALGO DE PELIGRO

Atestado de imprecisiones, el primer tiempo careció de interés.

Con un esquema de cinco defensores y José Sosa ubicado en la típica posición de mediocampista central, la formación dispuesta por Eduardo Domínguez empezó quedando muy lejos de la mejoría que tanto necesitaba.

Sin conexiones lúcidas, el equipo del Barba pareció extraviado en sus tradicionales argumentos.

Benjamín Rollheiser estuvo desconocido. Su gambeta no lastimó y erró demasiados pases. ¿Cuál es la causa de tan pronunciado bajón? Esa fue la pregunta que brotó sin pedir permiso entre todos los hinchas albirrojos mientras observaban el aburridísimo desarrollo.

Con bajos rendimientos individuales, sólo quedaron para destacar dos buenas apariciones de Mauro Méndez adentro del área. En ambas resolvió como indicaba la jugada, pero chocó con destacadas intervenciones del arquero paraguayo Santiago Rojas.

EL PIBE ATUM HACE RATO MERECE UNA OPORTUNIDAD COMO TITULAR

En este contexto el equipo necesita, rápido, un sacudón interno (léase una reunión privada entre cuerpo técnico y plantel) que lo haga reaccionar.

¿Qué falta para que Atum juegue su primer partido desde el inicio? En tan agria coyuntura debiera ser una de las próximas decisiones del entrenador.

Fondo de la tabla y pobres producciones sólo puede generar preocupación. En la previa del clásico y del valioso cruce con Huracán en Rosario tiene que tomar conciencia de lo que le está pasando.

Seguir deprimido y con baja energía por lo que le ocurrió frente a los brasileños es un lujo que no puede darse.

Su gran desafío es rebelarse y salir cuanto antes del pozo en el que está atrapado.

Estudiantes

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