El testigo “clave” aportó detalles del brutal ataque
Edición Impresa | 17 de Septiembre de 2023 | 02:58

El crimen del ingeniero Mariano Barbieri sumó en las últimas horas un testimonio revelador sobre la secuencia de hechos que concluyó con su muerte, el 30 de agosto último en los bosques del barrio porteño de Palermo.
Se trata de la declaración que brindó el testigo clave que se involucró llamando al 911 y a partir del cual se pudo identificar, detener y ahora procesar a Isaías José Suárez como el presunto autor del asalto y asesinato de Barbieri.
Esta persona, cuya identidad se mantendrá a resguardo para su protección, contó que presenció el ataque luego de oír “un grito de desesperación”.
Detalló que el asesino abordó a la víctima cuando estaba sentada con las piernas cruzadas y que en principio pensó que solo se había tratado del robo de un celular.
En su alocución ante la Justicia, el testigo central de esta causa, vecino de Palermo, relató que esa noche paseaba a su perro por la plaza Sicilia, ubicada en el cruce de las avenidas Del Libertador y Casares, y que a una distancia que calculó en “20 o 25 metros”, vio toda la secuencia que culminó en lo que, luego se enteró, había sido el homicidio de Barbieri (42).
Ante la jueza Yamile Susana Bernan, explicó que estaba “en el centro del parque” y “distraído usando el celular” cuando a eso de las 22.40 escuchó “un grito” y observó a “dos personas forcejeando, una como tirada en el piso y la otra a su lado, medio como en cuclillas”.
Aclaró que ambas personas “estaban en un caminito como de ripio, de piedras color ladrillo” y recordó que “cuando forcejearon se levantó algo de polvo”.
En ese tramo de su declaración, el hombre aportó un dato que hasta ayer no se conocía y que está relacionado a que Barbieri, al ser atacado, estaba sentado en el parque.
Para la Justicia no se trata de un dato menor. Se interpreta que esta posición concuerda con la posibilidad de que la víctima estuviera contemplando la luna al momento del ataque, algo que minutos antes le había anunciado que haría a una amiga con la que había intercambiado unos mensajes de WhatsApp.
“La víctima estaba en el piso, sentada con las piernas cruzadas y a su lado estaba el otro sujeto, como en cuclillas”, describió el vecino.
El hombre expuso que “poco después escuchó un segundo grito”, aunque remarcó que “el primer grito que escuchó fue el más fuerte, como de desesperación o dolor, por lo que creía que en ese momento apuñalaron a la víctima”.
El revelador testimonio sitúa posteriormente a Barbieri “sujetando la muñeca al agresor como para defenderse” y que “mientras forcejeaban, ambos rodaron por el suelo, que después se separaron y que la víctima se levantó como sujetándose el pecho, y recién entonces pidió ayuda”.
Según quedó plasmado en la testimonial, dijo que “la víctima y el atacante no llegaron a verlo porque él estaba parado en un lugar oscuro” y que habrá tardado entre 30 segundos y un minuto para llamar al 911 y reportar que había habido “una pelea” y que el agresor había huido corriendo hacia Berro y Casares.
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