River calmó las aguas con una nueva victoria en su cancha

River volvió a ser River, o mejor dicho, el equipo imbatible de local, que ahora lleva 17 triunfos consecutivos en el Monumental. Ningún síntoma mostró de esa otra formación que como visitante no otorga ningún tipo de garantías, como lo hizo frente a Argentinos, en La Paternal, y contra Vélez, en Liniers. O en realidad algunos, porque la defensa, cuando el resultado se apretó, dejó ver algunos puntos débiles.

Así como en la segunda fecha de la presente Copa de la Liga lo había sufrido Barracas Central, esta vez fue el turno de Arsenal de Sarandí, último visitante que había festejado en Nuñez, en el torneo anterior y anoche sufrió una derrota por 3-1 que lo dejó más cerca del descenso.

El partido, que se abrió en el primer intento de ataque, cuando Miguel Borja, en el borde del área grande, conectó un pase filtrado por Santiago Simón e hizo viajar la pelota por sobre el cuerpo del arquero, completó la ronda de encuentros por la cuarta fecha, y puso en carrera a los Millonarios, que con seis puntos ahora están detrás de Colón (9), Independiente (9), Talleres (7) y Argentinos (7), los cuatro equipos que hoy están clasificando por la Zona A para los Playoffs que definirán el título de campeón.

Volvió a sorprender Martín Demichelis cuando se anunció la formación titular, en este caso por la reaparición de Paulo Díaz, como primer marcador central, pero más con la presencia de Milton Casco en el lateral izquierdo. Estaba claro que el técnico apostaba fuerte por la recuperación en un partido donde no podía fallar después de la tormenta que significaron las derrotas frente a Argentinos y Vélez, en medio de un clima enrarecido con eje en las eliminaciones sufridas en Copa Libertadores, a manos del Inter de Brasil, y Copa Argentina, ante Talleres.

Durante la semana, Demichelis había recuperado a varios otros futbolistas, pero no los concentró, tales los casos de Leandro González Pirez y Rodrigo Aliendro, a quienes pretende en su mejor forma para el clásico de la séptima fecha ante Boca.

Un golazo de Nicolás De La Cruz, con remate desde afuera del área, aumentó la ventaja de River en un estadio que volvió a estar ocupado por más de 85.000 personas, y respaldó al equipo de Demichelis, aunque haciendo algún tipo de diferencia con los intérpretes, lo cual quedó expuesto en la presentación del plantel a primera hora.

Un grave error de Franco Armani, que dio rebote, al capturar un disparo largo, bajo, y sin peligro, que Lucas Brochero aprovechó para convertir, en definitiva quedó en la nada por un off side anterior.

En la etapa complementaria, River buscó el tercero, y cuando estaba en eso, el descuento de Juan Bautista “Tuta” Cejas, surgido en Estudiantes, desencadenó una serie de complicaciones defensivas que por un momento alimentaron la posibilidad del empate.

Una mano de Néstor Breitenbruch, en centro de Casco, informada por el VAR, habilitó el tercero: Borja, de penal, y un final a toda orquesta, incluyendo un pelotazo en el travesaño de Enzo Pérez.