Lejos del nivel copero, inseguro atrás y mejorado por los cambios
Edición Impresa | 4 de Septiembre de 2023 | 03:01

Por MARTIN MENDINUETA
Como arrastrando el horrible pesar por su injusta eliminación de la Copa Sudamericana, Estudiantes lució sin una gota de confianza, empezó jugando muy mal en todas las líneas y, sin puntos en la tabla de la Copa de la Liga Profesional, no sabe cómo iniciar el camino de la recuperación.
Superado en cada faceta del juego, sintió el vértigo que impuso el anfitrión. El boletín dejó unas cuantas bajas calificaciones. Los únicos que se destacaron, fueron el Rusito Ascacibar, por aciertos y temperamento inquebrantable, y el criterioso juvenil Axel Atum. Cada vez que entró, el pibe dejó un toque de calidad y fina pegada. Le dio frescura.
Estudiantes tendrá que encontrar respuestas anímicas y futbolísticas muy rápido si quiere ubicarse en una posición más seductora.
Tres derrotas en tres presentaciones lo exponen hoy en un lugar que hacer ruido. Pasó de una producción notable, elogiada por propios y extraños, a un nivel realmente bajo.
Haber hecho mucho el martes pasado sin recibir ninguna recompensa le dejo huellas que todavía no consigue superar.
El enorme desgaste físico también le pasó alguna factura incómoda. La tristeza de los hinchas tuvo puntos de contagio en el plantel y eso derivó en un semblante alejado del habitual en tiempos de Eduardo Domínguez.
ENDEBLE A LA HORA DE DEFENDER, SE SINTIÓ ACOSADO POR AMBAS BANDAS
El ataque de Racing fue casi constante durante todo el capítulo inicial, donde Estudiantes, muy alejado de aquella producción colectiva tan valorada ante Corinthians, estuvo débil en la última línea conformada por Mancuso, Núñez, Lollo y Benedetti. Por la izquierda, los problemas fueron recurrentes. Los locales picaban a la espalda de Benedetti, que aparecía desbordado; y bastante tuvo que ver la casi nula colaboración del colombiano Manyoma, ubicado delante suyo.
Para completar el complicado cuadro de situación, Rollheiser entraba muy poco en juego y Boselli pasaba desapercibido sin tocar el balón. Todo ocurrió con dominio celeste y blanco. Estudiantes fue otro. Inseguro, sin conducción en el mediocampo y con alarmante anemia en su ataque.
Significó un alivio para Eduardo Domínguez llegar al descanso perdiendo sólo por un gol. Lo que había hecho su equipo lo obligaba a tomar decisiones fuertes sin perder tiempo. Fernando Zuqui por Mauro Boselli fue un cambio cantado para afrontar el segundo tiempo que se hizo en el tiempo correcto.
ATUM ESTÁ EN EL MOMENTO JUSTO COMO PARA CONVERTIRSE EN TITULAR
Las variantes le hicieron bien al libreto ofensivo. Sin otorgar tantas referencias para la marca, se animó a construir sumando buenos pases y así exigió bastante al rendidor Arias.
Encontrarlo en la última posición de su zona no es gratuito. Su lógica ambición por terminar clasificando a la próxima Copa Libertador hoy está debilitada.
Tendrá que seguir trabajando duro para dejar atrás el impacto psíquico que tanto lo afectó. Este equipo no juega habitualmente tan mal como lo hizo en el primer tiempo. Lo dañó demasiado el sueño roto por seguir acercándose a la final que se jugará en Montevideo.
Estudiantes necesita recuperar la memoria lo antes posible.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE