Por el saqueo de piezas, abandonan el cobre y el bronce en los edificios

Ya se piensa en materiales alternativos para la reposición de botoneras de porteros eléctricos, buzones, barandas y números

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Como una epidemia, se disparó en los últimos días el robo de todo lo que brilla en la entrada de los edificios de departamentos céntricos: picaportes, botoneras de porteros eléctricos, barandas de escalera o de rampa, buzones y numeración de la vivienda.

Por la cantidad de accesorios que son sustraídos en una misma cuadra, se tiene la impresión de que los delincuentes dedicados a robar y vender mentales (sobre todo bronce) llevan adelante un raid nocturno que no perdona nada.

Ejemplos de escenarios de ese tipo de vandalismo sobran, al decir de los administradores de edificios que se cansan de llamar a herreros y electricistas para la reposición de lo robado. En la cuadra de 59 entre 10 y 11 en una noche desapareció la manija de la puerta de ingreso a un edificio y el picaporte de una casa antigua situada a muy pocos metros; un mes antes, en ese mismo edificio tuvieron que hacer colocar una nueva botonera del portero eléctrico porque el de siempre había sido hurtado. Días pasados, en 55 entre 7 y 8 robaron la misma pieza, correspondiente a 46 departamentos. Y un mes atrás, en la mañana de un domingo, manos desconocidas arrancaron la baranda de la escalera de acceso y la barra de la rampa para personas con una discapacidad de una propiedad en alto de 53 entre 2 y 3.

“Están robando a mansalva”, señaló el encargado de una administración con una cuenta de varias viviendas multifamiliares distribuidas en el radio más céntrico de la Ciudad. Puntualizó el hombre cada uno de los elementos que están siendo robados con una frecuencia inusitada: “Las tapas de las bocas de agua que usan los bomberos en caso de incendio; picaportes; barandas, sean o no de bronce: tableros de porteros eléctricos metálicos; los pequeños caños de gas; y si logran entrar, los matafuegos y los picos de bronce de los hidrantes que se ubican en los pisos de los edificios más modernos”, detalló.

De acuerdo con consultas efectuadas por ese diario en diferentes chatarrerías de la Región, el kilo de bronce se paga 3.500 pesos, y el de cobre, 5.600 pesos. Pero, en rigor, existe un circuito informal de compra y venta de metales de cierto valor que, se sabe, es adonde iría a parar el material arrancado de la vía pública, el Cementerio, los espacios con acceso a placas conmemorativas y ahora las entradas de los edificios de departamentos.

“Se roban todo lo que esté en el exterior de los edificios o rompen los portones o el blíndex para entrar. Desaparecen hasta los cables de los medidores de luz de obra en los edificios que están sobre la vereda y donde Edelap no colocó todavía los medidores definitivos. Más que solicitar una mayor presencia policial no podemos hacer”, subrayó un integrante de la Cámara de Administradores de Edificios.

Simón, socio de una casa de telefonía que se ocupa de colocar y mantener sistemas de portería eléctrica de inmuebles, no para de recibir pedidos de reposición de botoneras y señaló como el “microcentro” de los robos de esos tableros el sector comprendido por las calles 6 a 8 y 55 a 58. “Esa es la zona más crítica”, dijo el especialista a la vez que destacó que el bronce no es el único material que atrae a los delincuentes. “También se llevan los cromados, y a veces hasta los de plástico”, indicó y añadió: “Ahora, por una cuestión de costos y dado que de otro modo los vuelven a robar, la tendencia es a fabricarlos en acrílico”.

El valor de una botonera de portero eléctrico se establece por la cantidad de pulsores del tablero. En la estimación de Simón, “como barato” cada botón sale en estos días unos 3.500 pesos. Ese costo, llevado por caso a un edificio de 40 unidades eleva el precio a pagar por el consorcio en alrededor de 140.000 pesos. Hay que agregarle para el número final lo que se cobra por el trabajo de instalación.

El hurto de metales no tiene nada de nuevo; de hecho suele ser un tema de crónicas frecuentes. Lo llamativo de estos días es que se viene produciendo en un continuo de desmantelamiento de elementos esenciales para los edificios de departamentos.

 

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