Opinan los lectores

Edición Impresa

Industria judicial

Juan Antonio Vazquez dice: “Según un refrán ‘No hay mal que por bien no venga’. En la República Argentina ocurre: debido a contravenciones, corrupciones y delitos funciona la industria judicial que emplea a abogados, fiscales, jueces, penitenciarios, policías y otros funcionarios que habían estudiado en escuelas, institutos especializados y universidades dirigidos por profesores que utilizaron libros escritos en papeles obtenidos de la celulosa de árboles cortados por campesinos con motosierras compradas a ferreteros. Indirectamente, la industria judicial le da trabajo a incontables trabajadores, entre otros, a perros olfateadores de cocaína y marihuana, artistas, constructores de reformatorios y tribunales, pastores y sacerdotes cristianos que predican a los infractores en las cárceles edificadas con arena obtenidas de los mares, cemento de las rocas e hierros de las minas, etc. Mi enfoque agnóstico, apartidario y ecléctico: ¿Habría mayor desocupación laboral si no hubieran contraventores, corruptos y delincuentes? ¿De qué hablarían y trabajarían los moralistas y periodistas?”.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE