Afianzada en el gobierno de Milei, Bullrich le pelea la conducción del PRO a Macri

Con salto positivo en lo que fue el primer mes de gestión al frente de un ministerio clave para este gobierno como es el de Seguridad, Patricia Bullrich se consolida en el gabinete y desde allí está dispuesta a pelearle la conducción del PRO nada menos que a su creador, Mauricio Macri.

La forma cómo se abordaron los primeros piquetes desde la asunción de Javier Milei y cómo se desarrolló la marcha de la CGT en rechazo del DNU le dieron a Bullrich un protagonismo que coincide con su perfil de alta exposición. Con un ministro "suyo" como Luis Petri en Defensa, funcionarios propios en distintas líneas incluso de otras áreas, una relación cordial con la poderosa secretaria General de la Presidencia Karina Milei, la ex candidata a presidente por Juntos por el Cambio atraviesa un período de certidumbre.

Y si a eso se le agrega el convencimiento que el camino elegido por el jefe de Estado para enderezar el rumbo económico, el del shock y no el gradualismo, ese que ella hubiera aplicado en caso de haber resultado electa y que al mismo tiempo le significó resistencia de parte del ala más moderada del PRO, es el correcto suma para tener un mayor convencimiento respecto de cuál es su papel y cómo atraviesa estos días.

Ese fortalecimiento que pudo construir en torno a su figura en un mes al frente del ministerio de Seguridad, área clave para la Casa Rosada, es la que impulsa a disputarle la conducción del PRO a Macri.

Bullrich renunció a la presidencia partidaria cuando se sumó al Gobierno nacional, aunque mantiene un rol fuerte dentro de la estructura. Por eso allegados a la ministra creen que en las elecciones que definirán las próximas autoridades del PRO le dará batalla a quien se presente, incluso si es Macri, con quien mantiene una relación tirante que se dio a lo largo de casi toda la campaña. Y si bien un potencial triunfo del ex mandatario significaría que el ala dura seguirá conduciendo al partido, Bullrich no quiere quedar en una posición de sumisión y mucho menos ceder algo del poder político construido y consolidado en este último tiempo.

Por eso nadie tendría que extrañarse si decide enfrentar al propio Macri a la hora de elegir a la nueva dirigencia partidaria del PRO.