VIDEO. “El fin del silencio”: María Soledad según sus amigas
Edición Impresa | 10 de Octubre de 2024 | 05:51

Por MARÍA VIRGINIA BRUNO
“Lo que querría es que dejen de matarnos”, asegura en diálogo con EL DIA Lorena Muñoz, directora de “María Soledad: El fin del silencio”, sobre el mensaje que quisiera que prevalezca del documental que llega hoy a Netflix sobre el primer caso reconocido como femicidio en Argentina, y del que se acaban de cumplir 30 años.
Contado a partir del relato exclusivo de sus compañeras de escuela, que vuelven sobre los pasos de una noche y una época que todavía no cicatriza, el documental cuenta con los testimonios exclusivos de la Hna. Martha Pelloni, el fiscal Gustavo Taranto y, entre otros, de la periodista Fanny Mandelbaum. También se destaca la participación del periodista platense Luis Pazos, que pasó más de un año viviendo en Catamarca siguiendo el día a día del caso.
Tras las resonantes ficciones basadas en la vida de Gilda y Rodrigo, Muñoz regresa al género documental que marcó sus inicios y lo hace de manera contundente.
“Es una causa tan poderosa y tan sensible, y también para mí, porque yo tengo en mi familia un caso de femicidio así que me interpela de manera directa”, manifestó la directora que nació el mismo año que María Soledad y sus amigas, y que por eso se siente aún más cercana.
“Recuerdo mucho ese momento y cómo me afectó porque podía haber sido yo o cualquiera de mis amigas”, admitió la realizadora, que no dudó a la hora de ser convocada para llevar los hilos de esta producción.
“Ya existía la ficción pero no había documental y me parecía que era un caso que necesitaba un documental para volver a atravesarlo y verlo desde una óptica diferente”, advirtió. Así, a partir de una investigación periodística de Mariana Montero, se encontraron con “las protagonistas medio olvidadas”.
“Sus compañeras habían sido las que habían tenido la iniciativa de marchar. Incluso Martha (Pelloni), al comienzo, no estaba muy segura porque le parecía que era arriesgado y también porque los padres de las chicas no estaban de acuerdo porque tenían miedo. Pero muchas se pusieron firmes con eso y decidieron avanzar, y Martha las terminó acompañando. Me parecía muy interesante que las amigas hayan sido quienes se pusieron al hombro esta causa de justicia y nos pareció súper interesante contar la historia desde este punto de vista”, relató Muñoz.
Y aunque revisita el caso y lo linkea con un presente fatídico para las mujeres, la directora también advirtió que su película es además “una historia de amistad”.
“Nos parecía que era la manera más interesante de narrar a María Soledad, a partir de sus pares. Que ellas cuenten quién era, qué quería, con qué soñaba; construirla a ella, construir su memoria, todo lo que no hablamos nunca sobre ella. Me parecía interesante también que la gente sepa de lo que se perdió María Soledad por lo que pasó”, advirtió Lorena que se emociona cada vez que ve una escena particular, sobre el testimonio de una de las amigas, Marilyn, que al borde de las lágrimas se consuela: “nosotras no le fallamos a La Sole”.
Para Martha Pelloni, a la que las chicas definen como la “heroína sin capa”, María Soledad “es el símbolo de lo que como lucha social podemos hacer las mujeres”. Por eso el reclamo de Muñoz que atraviesa el documental: “Hay que tomar conciencia y hay que tener un cambio ya. Los femicidios son una cuestión de estado para mí. No puede ser que maten a una mujer por día. No puede ser que maten trescientas cuarenta mujeres por año en Argentina. Es una barbaridad”.
La noche del 7 de septiembre de 1990, María Soledad Morales (17) asistió con sus compañeras a una fiesta en una discoteca para recaudar fondos para su viaje de egresados. Fue vista por última vez en compañía de Luis Tula, quien la llevó a otra discoteca donde se encontró con varios hombres, entre ellos Guillermo Luque, hijo de un diputado. Su cuerpo fue encontrado en la madrugada del 9 de septiembre en un basural, con signos de haber sido drogada y abusada física y sexualmente.
El caso desató una crisis política de gran magnitud que terminó con la provincia intervenida, y mantuvo en vilo a todo el país. Después de años de espera, y un juicio nulo por irregularidades y polémicas varias, finalmente la Justicia falló: Guillermo Luque fue condenado a 21 años de prisión como autor material del crimen, y Luis Tula a 9 años como partícipe secundario. Ninguno de los dos cumplió la condena por completo y fueron liberados por buena conducta.
Este caso no solo conmocionó a la sociedad argentina, sino que también marcó un antes y un después en la lucha por la justicia y los derechos de las mujeres en el país.
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