El cambio en el medio no trajo lo que necesita

El retoque táctico deparó en un rendimiento chato, vacío de relieves destacados y sin generar una señal positiva. El ciclo de Méndez se apagó

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Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

No haber perdido representa la única buena noticia del paso de Gimnasia por Parque Patricios. Cambió en lo táctico buscando una mejoría que sólo insinuó en los diez minutos iniciales, para luego caer en un pozo oscuro de rendimiento.

Preso de una actualidad desnuda de relieves destacados, el ciclo tutelado por Marcelo Méndez parece haber extraviado el rumbo y profundiza su deuda con una hinchada que está cansada de la mediocridad.

El DT uruguayo fortaleció el mediocampo y logró (más por la impericia del rival, que por mérito propio) que no le convirtieran. Ahora, la gran deuda se transfirió a la manera de atacar porque genera muy pocas situaciones de peligro concreto.

El punto sumado impide que se agiganten los reproches, aunque el disconformismo generalizado continúa aumentando. Nadie está contento con la campaña que viene realizando el equipo y ya son ocho partidos los que arman la racha sin victorias.

UN ESPEJISMO DE DIEZ MINUTOS Y DESPUÉS TODO FUE MUY ABURRIDO

El Lobo tuvo un inicio muy prometedor, presionando alto y bien, adelantando a Pintado por derecha y a Gallo por izquierda, y hasta generando una buena situación de gol mediante la fuerza y el remate de Norberto Briasco. Después, el paso de los minutos fue debilitando su ímpetu a ritmo lento y constante.

La propuesta táctica retocada en la pizarra de Marcelo Méndez (sacó a Lucas Castro para sumar en el mediocampo a Garayalde) entusiasmó en los primeros diez minutos y después perdió fuerza.

El optimismo albiazul encontraba su mejor sustento en las severas limitaciones de Huracán. Los hinchas locales pedían a los gritos que atacará más; mientras que la formación orientada por Kudelka dejaba en evidencia notorias limitaciones de tres cuartos de cancha hacia adelante.

EMPEORÓ HASTA “DESCANSAR” EN LA GROSERA IMPOTENCIA QUEMERA

Las llamativas falencias de Huracán para darles un final feliz a sus llegadas resultaron el principal escudo tripero. Gimnasia no defendió bien; lo ayudó mucho el concierto de limitaciones del anfitrión.

Si el arquero Marcos Ledesma resultó la figura, allí reside un indicio firme de lo flojo que se mostró un equipo que perdió confianza en el estilo que había elegido.

Los mejores están en baja: Pintado, Morales, De Blasis, Martín Fernández, Lucas Castro y Briasco entregaron una versión repleta de imprecisiones.

La recta final del campeonato le demanda al entrenador un inmediato y contundente regreso a aquel camino que tanto entusiasmo en sus primeras fechas.

En el disparatado contexto de un fútbol argentino que decidió eliminar los descensos, el Lobo hoy camina desnudo de objetivos que enciendan una gran motivación. Lejos de los extremos que otorga la competencia, debe repuntar para darle una alegría a su gente.

Gimnasia

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