La misteriosa relación Trump - Putin
| 6 de Noviembre de 2024 | 19:01

Después de años de investigaciones por parte de organismos del gobierno de EE UU, desde el Departamento de Justicia hasta el FBI y el Congreso, el público estadounidense y el mundo no saben a ciencia cierta si el presidente ruso, Vladimir Putin, tiene “algo” sobre Donald Trump; en otras palabras, alguna información comprometedora sobre el pasado del flamante presidente electo, o lo que los rusos llaman kompromat.
Ocho años después de que el FBI empezara a investigar las conexiones de Trump con Rusia a mediados de 2016, los funcionarios de seguridad nacional todavía están desconcertados por la inquebrantable deferencia del magnate estadounidense hacia Putin, así como por el misterio que rodea la relación de décadas de Trump con inversores y financistas rusos y ex soviéticos, algunos de los cuales ayudaron a salvar sus negocios cuando estuvieron en quiebra hace años.
Si Trump está o no en deuda de alguna manera con Moscú es un gran interrogante.
Pero también, el trato persistentemente adulador de Trump hacia Putin podría ser simplemente una manifestación de su admiración, a menudo expresada, por autócratas de todo el mundo, entre ellos el presidente chino Xi Jinping y el primer ministro húngaro Viktor Orban.
El propio Trump ha negado durante mucho tiempo que exista algún tipo de "lazo" entre él y el Kremlin, pero entre los funcionarios estadounidenses clave que participaron en estas investigaciones anteriores hay una gran frustración por esta inquietante cuestión.
INTERFERENCIAS ELECTORALES
En muchos casos, ex altos funcionarios del FBI y del Departamento de Justicia de EE UU siguen culpándose mutuamente por no haber cumplido con las expectativas, especialmente en lo que respecta a la investigación del exfiscal especial Robert Mueller, sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016 y los vínculos entre funcionarios de Trump y el Kremlin durante el gobierno de Trump.
“Estamos en 2024 y, a lo largo de los años desde que el fiscal especial comenzó su trabajo en 2017, todo lo que hemos obtenido son más interrogantes, más pruebas, más situaciones que apuntan a preguntas muy serias sobre la relación de Donald Trump con Rusia y, específicamente, con Vladimir Putin”, afirmó Andrew McCabe, el exdirector interino del FBI que presionó por primera vez para impulsar la investigación de Mueller. Y ninguna de esas preguntas ha sido respondida nunca”, agregó. "Probablemente porque nunca ha habido una investigación exhaustiva y legítima sobre ellas”.
Y es poco probable que eso cambie cuando Trump asuma su segundo mandato el 20 de enero de 2025.
Según funcionarios estadounidenses, la interferencia rusa en las elecciones del martes último (al parecer en apoyo de Trump) fue más generalizada e intensa que en 2016. Al utilizar nuevos métodos, como las falsificaciones profundas y las fuentes de noticias pagadas, las actividades de Rusia han sido "más sofisticadas que en ciclos electorales anteriores”, dijo a los periodistas en septiembre un alto funcionario de la Oficina del Director de Inteligencia Nacional.
Según el Washington Post, el funcionario citó el uso de inteligencia artificial, así como de “voces auténticas de EE UU” para “blanquear” la propaganda del gobierno ruso y difundir narrativas socialmente divisivas a través de las principales redes sociales y sitios web falsos que simulaban ser organizaciones de medios estadounidenses legítimas.
Al parecer, Rusia ayudó a hacer campaña a favor de Trump en los llamados estados clave, bisagra o pendulares. Uno de ellos, Pensilvania (donde el republicano ganó el martes), vivió una situación muy particular el 25 de octubre: ese día, funcionarios estadounidenses anunciaron que “actores rusos” estaban detrás de un video ampliamente circulado que mostraba falsamente cómo se destruían las boletas de voto por correo de Trump en un condado crítico de ese estado, en un aparente esfuerzo por justificar los discursos regulares de Trump sobre el fraude electoral.
A fines de septiembre, el Departamento de Justicia de Estados Unidos acusó a dos empleados de RT, el brazo mediático del Kremlin , de canalizar casi 10 millones de dólares a una empresa que los medios de comunicación identificaron más tarde como Tenet Media, una empresa con sede en Tennessee que ha alojado a comentaristas de derecha pro-Trump con millones de suscriptores en YouTube y otras plataformas de redes sociales. La administración Biden también anunció la incautación de 32 dominios de internet utilizados en campañas de influencia maligna extranjera dirigidas por el gobierno ruso llamadas "Doppelganger".
Por su parte Andrew Goldstein, ex abogado principal del Departamento de Justicia de EE UU , señaló que “los estadounidenses deberían estar preocupados por el hecho de que Rusia interfirió de manera muy sustancial en 2016 en nombre de Trump, y lo está haciendo de nuevo según todos los parámetros que hemos podido ver públicamente. La gente debería seguir intentando llegar al fondo de todo esto”.
ENCUENTROS REPETIDOS
HR McMaster, ex asesor de seguridad nacional de Trump en su primera gestión, ha dicho que no puede entender el control que Putin tiene sobre Trump. Este ex funcionario sostiene que Putin ha aprovechado el ego y las inseguridades de Trump para llenarlo de halagos y ganarse su simpatía, por decirlo de alguna manera. Putin describió a Trump como "una persona muy destacada y talentosa", y Trump había revelado su afinidad por los hombres fuertes y su creencia de que sólo él podía forjar una buena relación con Putin: "Siempre es un gran honor recibir elogios tan amables de un hombre tan respetado en su propio país".
Trump es el único presidente estadounidense que tuvo repetidas interacciones cara a cara, sin supervisión ni testigos, con Putin.
Esas conversaciones con Putin continuaron luego de que Trump dejara la presidencia tras perder con Joe Biden en 2020. Así lo reveló el reciente libro "War" (guerra) del periodista Bob Woodward, del Washington Post. Según relata Woodward, Trump habló con Putin hasta siete veces después de que dejó la presidencia y en un momento, este año, el ahora presidente electo de EE UU le dijo a un asistente de alto rango que abandonara la habitación de su mansión en Mar-a-Lago (Florida) para "poder tener una llamada telefónica privada" con el líder ruso.
Consultado sobre la versión de Woodward, Trump declaró a mediados del mes pasado: “No hago comentarios sobre eso. Pero les diré que si lo hiciera, sería algo inteligente. Si soy amigable con la gente, eso es algo bueno y no malo en términos de un país”.
Una gran incógnita es qué hará Trump luego de asumir respecto de la guerra Rusia Ucrania. Él había dicho, que en caso de resultar electo presidente, terminaría con ese conflicto "en 24 horas".
Trump ha insinuado que le dará a Putin al menos algo de lo que el presidente ruso quiere, en particular las partes de Ucrania que ha conquistado, así como la promesa de mantener a Ucrania fuera de la OTAN.
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