Rosa Lifschitz de Yuravlivker

Destacada por su trayectoria cultural, social y comunitaria en la Ciudad, causó un profundo dolor el fallecimiento de Rosa Lifschitz de Yuravlivker, a sus 99 años de edad.

Nació un 13 de marzo 1925 en Villaguay, provincia de Entre Ríos, pero desde muy joven se instaló en La Plata, donde desarrolló una importante trayectoria en distintos ámbitos culturales y sociales.

Yuravlivker fue presidenta de la Asociación Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalén y miembro de la Asociación Mutual Israelita (AMIA) en la cual integró la Comisión de Cultura y colaboró en la organización de actividades y conferencias de importancia para la vida platense.

Sus actuaciones incluyeron la presidencia de la Organización Sionista Femenina Argentina (OSFA) por más de cinco años, representando a esa institución en congresos mundiales realizados en diversas ciudades, como Jerusalén, Punta del Este, Santiago de Chile y Ciudad de México; y la tesorería del Conservatorio de Música de la provincia de Buenos Aires. También fue, durante seis años, presidenta del Club de Madres de la Asociación Cooperadora de la Escuela Nacional N° 2 “Dardo Rocha”.

A la vez, se desempeñó en el cargo de secretaria del Instituto Argentino Israelí de La Plata (ICAI), lugar que ocupó desde la fundación de la entidad.

En una entrevista, años atrás con este diario, Rosa recordaba cómo fueron sus comienzos en la actividad comunitaria. “Fue cuando una de mis hijas estudiaba en la Escuela Normal Nacional Dardo Rocha y me vino a buscar para que presida una subcomisión del club de madres. En realidad, fui como integrante común, pero apenas terminé de hablar decidieron nombrarme presidente. Más tarde, los profesores Alberto Ginastera y Carlos Aragón me pidieron que yo sea tesorera del Conservatorio de Música Provincial y accedí. Eso me permitió, por ejemplo, conocer a Quinquela Martín, que me dedicó un libro de memorias y una de sus obras. Todo sucedió espontáneamente, fue surgiendo”.

A la hora de describir las cualidades que debía tener un líder comunitario, opinaba: “Creo que un líder comunitario no se hace, nace. Y creo que la honestidad es lo más importarte, porque otorga tranquilidad al alma”.