Nunca demostró su deseo por clasificar a una copa

Boca le ratificó que deberá cambiar mucho si es que quiere mejorar en el 2025. Sin marca ni juego, resulta imposible soñar en grande

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Martín Mendinueta

@firmamendinueta

Los hinchas de Gimnasia se acostaron muy tarde, pero lo peor fue el estado de ánimo que los gobernaba en el momento de apoyar la cabeza en la almohada. Una horrible mezcla de bronca e impotencia fue la resultante después de contemplar el pobre desempeño de sus representantes en la cancha.

Unir la ilusión de clasificar a la Copa Sudamericana con lo que hizo el equipo tripero se convierte en una expresión de deseo desnuda de contenido. Gimnasia fue el mejor rival que podía solicitar Boca para recomponer su dañado estado emocional después de la eliminación de la Copa Argentina.

Una atajada de Ledesma, cortando un mano a mano, el empeño habitual de Morales, dos gambetas exitosas de Mamut y un remate de Panaro desviado por Brey fue todo lo bueno que dejó su paso por la Bombonera.

pobre primer tiempo, extraviado y sin convicción para la marca

Más allá de todos los preparativos y de las precauciones, Gimnasia no pudo escaparse de su nada confiable identidad y jugó un mal primer capítulo.

Hay dos datos reveladores de lo hacho por el equipo de Méndez: En el gol de Milton Giménez ninguno de los tres zagueros centrales encimó, como obligaba la jugada, al artillero. Enzo Martínez llegó tarde a tomar la marca y le permitió actuar para vencer a Ledesma. Algo inconcebible para un equipo que se preparó para defenderse más y mejor.

Y el otro dato también fue contundente: La única situación de peligro que pudo generar llegó gracias a una grosera falla de Brey (tuvo buena suerte y la pelota le rebotó en el tobillo derecho antes de irse al tiro de esquina) ante un remate de baja exigencia de Leandro Mamut.

Gimnasia, tibio, jugó la primera etapa como no debía hacerlo.

El complemento sólo lo mostró un poquito mejor después de la media hora, pero no tanto como para gestar el milagro de alcanzar el empate.

Boca creyó, antes de tiempo, que el partido estaba ganado, y eso ayudó para que la imagen final del huésped repuntara mínimamente. El tiro al arco franco de Panaro resultó el único acercamiento concreto al gol que hubiera cambiado su humor final.

No sería saludable para Gimnasia creer que porque Boca le convirtió una sola vez, estuvo cerca de la igualdad.

Si el principal objetivo institucional es mejorar de modo contundente el año próximo, deberá revisar su plantel y, también, el modo de elección de los refuerzos que vayan llegando.

Elegir bien será clave. Entre los que se queden y los que se sumen, tendrá que construir un plantel que esté acorde a la histórica demanda de su gente por ver en el campo a un equipo que represente su irrefrenable deseo de alcanzar metas seductoras.

 

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