La Provincia padece falencias graves en su sistema educativo

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Un extenso informe publicado en este diario dejó a la vista el contraste planteado en la Provincia entre un sistema educativo gigante -una de las mayores estructuras de Latinoamérica- con los muy pobres resultados que ofrece.

Tal como se sintetizó en el trabajo periodístico, más de la mitad de sus alumnos egresan de la primaria sin comprender lo que leen y en la secundaria el 80 por ciento no alcanza niveles mínimos de Matemática.

La realidad marca la persistencia en el sistema de niveles negativos impropios de la mejor tradición de la educación pública argentina y que abren serios interrogantes hacia el futuro.

El trabajo puso de relieve que la estructura educativa provincial cuenta con 567.008 cargos docentes; hay 20.580 centros educativos; la cantidad de alumnos de primaria y secundaria es de 5.160.000; el 30,8 por ciento del presupuesto anual bonaerense se asigna a Educación y el 80 por ciento de esa partida se destina al pago de sueldos. La dirección provincial de Escuelas tiene más empleados que la población de provincias enteras y estos números la transforman en el organismo estatal más grande de la Argentina.

Educadores, especialistas en temas educativos, investigadores y funcionarios, al ser consultados sobre las causas, coincidieron en poner el foco en cuatro de ellas en particular: las deficiencias en la formación y capacitación docente, el altísimo nivel de ausentismo, un sistema educativo que no reconoce el esfuerzo por mejorar y el impacto que tiene en las aulas el empobrecimiento económico y social.

Los especialistas consultados, lejos de cuestionar la educación pública, aludieron a las consecuencias de un sistema educativo cogobernado por funcionarios y dirigentes gremiales en constante tensión. Asimismo, apuntaron a la necesidad de que la tarea docente reciba un reconocimiento acorde a la importancia de la función educativa, pudiéndose reclamar del plantel una mejor formación y una mayor capacitación.

Un ex titular del Consejo Escolar sostuvo que la respuesta a tantas deudas y contrastes que expone el sistema educativo hay que buscarla en los efectos de tensiones políticas ajenas a las prioridades educativas.

Asimismo, indicó que luego de haber recorrido centenares de escuelas públicas que funcionan en nuestro distrito, la mayoría de los directores le dijeron que “las aulas dejaron de ser un lugar de formación para convertirse en un espacio de contención social”.

La permisividad que se introdujo en los últimos años, la disminución de las sanciones, la idea de que “bochar” a un alumno es denigrarlo influyeron también en forma negativa.

Un sistema educativo consolidado, despojado de trabas burocráticas y eficaz en la enseñanza, sigue apareciendo como un medio irremplazable para formar la personalidad de los jóvenes e instalarla en la realidad histórica y social en que viven. Resulta básico profundizar en materias como Lengua y Matemática y en los nuevos aportes que ofrecen la tecnología -los medios audiovisuales, las computación- como factores definitorios de una formación cultural completa y apta para competir en el mundo.

El país vería pronto los beneficios de esa política. Sin embargo, no deben desoírse las alarmas que vienen sonando cada vez con mayor insistencia, indicativas de que son aún muchos los sectores que siguen sin relacionar el desarrollo económico y cultural del país con la necesidad de contar con una población capacitada. Está históricamente demostrado que la educación es la mejor inversión para cualquier país.

 

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