Con el pan bajo el brazo: robó en un local con un nene de la mano en La Plata
Edición Impresa | 28 de Diciembre de 2024 | 04:20

El pasado martes 24 de diciembre, alrededor de las 13:30 horas, la tranquilidad de un sector de Melchor Romero se vio interrumpida por un violento robo en la panadería “Los tres soles”, ubicada en la intersección de las calles 520 y 154.
Lo que comenzó como una jornada con gran expectativa por los festejos de Navidad se transformó en un episodio de temor y desazón, especialmente por el uso de un nene de tan sólo 10 años en una situación tan oscura como traumática.
La dueña del local, quien prefirió no revelar su nombre, relató cómo un hombre alto y delgado, conocido por ella debido a sus frecuentes visitas para pedir alimentos, ingresó acompañado del menor pasado el mediodía. Sin previo aviso, el ladrón extrajo un revólver de color blanco y negro y, apuntando directamente hacia su rostro, le exigió la recaudación.
Ante el peligro que sintió, a la mujer no le quedó más opción que apartarse de la caja. El delincuente no dudó en atravesar el mostrador y hacerse con la suma de cuatrocientos mil pesos en efectivo, además de llevarse un par de panes, un botín ridículo comparado con la angustia que provocó.
La escena no sólo impactó a la comerciante; varios vecinos que se encontraban en el local quedaron paralizados ante la brutalidad del hecho. Sin embargo, no tardaron en reaccionar. A gritos, intentaron disuadir al asaltante mientras informaban a las autoridades.
Con el menor tomado de la mano y el arma en la otra, el ladrón abandonó la panadería, pero no sin ser perseguido por una multitud decidida a hacer justicia.
La persecución los condujo hasta las puertas de una casa cercana, donde el delincuente y el niño se refugiaron. Por varios minutos los vecinos permanecieron en el lugar instando al hombre a que saliera, pero fue en vano.
La situación escaló hasta que tres patrulleros arribaron al lugar, en medio de un fuerte clima de tensión. Sin embargo, cuando efectivos de la policía se aprestaban a ingresar al lugar, un hombre que, pretendiendo hacerse pasar por el ladrón, salió del lugar con la intención de entregarse. No obstante fue rápidamente desestimado por los testigos, lo que dejó entrever que no se trataba de improvisados.
Así lo demuestra lo que pasó horas después del atraco, cuando una nueva amenaza llegó al comercio. Un sujeto en silla de ruedas, quien regularmente pasa por la panadería también a pedir, se presentó frente al marido de la propietaria e hizo comentarios intimidatorios: “A vos te voy a cagar a tiros… soy re chorro” (sic). Esta advertencia sumó un nuevo nivel de temor a la ya peligrosa situación, generando inquietud acerca de posibles represalias por parte de esta banda.
La principal hipótesis que se baraja es que se trató de un golpe planificado que se fue armando con cada visita que hacían con la puesta en escena de “pedir las sobras”.
Se cree que luego de algunas deliberaciones se decidieron a robar el día 24 bajo con la convicción de que obtendrían un suculento botín por el movimiento comercial propio de la fecha. Finalmente, este marco teórico sugiere que el sujeto llevó al niño como una carta que jugaría en caso de que surgieran complicaciones. En simples palabras, para usarlo como escudo humano.
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