La economía, “de remate”: crece la compraventa de artículos usados

La situación económica que afronta el país es crítica. En la Ciudad y la Región se puede ver fácilmente cómo impacta la complejidad del asunto. Con la inflación que creció de a dos dígitos en los últimos meses y el dólar inalcanzable, los vecinos deben apelar a “descapitalizarse” y ofrecer parte de sus bienes o activos con tal de obtener el dinero que necesitan para hacer frente a las obligaciones y las deudas. En ese sentido, un mercado que nunca deja de moverse, pero que en estos momentos se robustece, es el de los remates.

Si bien por mucho tiempo estas casas de subastas tenían un espacio físico con sillas en donde los interesados se disponían a ver los artículos a expender y hacían ofertas, desde hace unos años la realidad cambió. Tal como contó Wilson, que tiene su lugarcito en 122 e/ 59 y 60, él trabaja “tanto presencial como online”; aunque gran parte de los anuncios de artículos a la venta los comparte vía Facebook.

La compraventa de artículos de segunda mano, en alza

“En mi caso particular, la actividad es moderada. Hay días que se vende y días que no. La economía esta difícil para todos, por eso la gente busca cosas usadas y en buen estado”, contó el hombre que ofrece artículos en la zona del Bosque. Además, el dueño de este remate reconoció que “en épocas de crisis es cuando más soy favorecido por las ventas”. “Ofrezco artículos muy económicos y hasta saco anuncios con regalos. Busco que la gente confíe y, por eso, en Instagram muestro videos donde se ve que cada cosa funcione”, manifestó.

Por su parte, Carla, de la casa de subastas ubicada en 155 y 80, explicó que “la realidad es que venimos creciendo en los últimos meses”. “Se abrió mucho el abanico de la clientela al hacer remates en forma virtual, ya que llegamos a todo el país”, destacó.

“Ofrecemos, domingo por medio, un remate con 150 lotes de ramos generales por el vivo de Facebook, desde las 9 hs. hasta las 22 o 23 hs.; una jornada maratónica. Y todos los martes, desde las 18 hs., con 50 lotes, disponemos antigüedades , cristalería y otros artículos”, puntualizó sobre la actividad que destaca a la casa de subastas de Los Hornos. A su vez, respecto a cómo afecta la situación económica, opinó: “Las ventas aumentaron porque la gente busca más las cosas usadas debido al bajo precio y, como somos conscientes de esta realidad, ponemos bases (de precio) muy accesibles, casi irrisorias, para darles la posibilidad a todos. Luego, el precio final lo pone la gente con la mejor oferta”.

En otro orden, Alberto e, coincidió con la colega del rubro y se explayó: “La actividad ha crecido en los últimos meses debido a la situación económica. Muchos platenses y de zonas aledañas se comunican a los efectos de poner en venta distintos tipos de muebles, pequeños y grandes electrodomésticos, accesorios, cómo así también prendas de vestir y todo aquello que amerite ser vendido”.

El vecino platense contó que, además del remate, es “especialista en seguridad” y alertó que, con el aumento de compraventas por redes sociales, “se ha incrementado el nivel de estafas virtuales por lo cual se aconseja no realizar operaciones si no se cuenta con la certeza de quién está del otro lado comunicándose”.

De todos modos, la actividad no se desarrolla de la misma manera en todas los remates consultados. Claro que todo varía conforme la clientela y la envergadura de los negocios en cuestión. Por ejemplo, Jorge, de la casa situada en 1, entre 35 y 36, consideró que “se vende igual que siempre y las mismas cosas de siempre”.

Por redes sociales

Con la existencia de redes sociales y plataformas que simplifican la forma de compraventa de artículos usados, las casas de remates tuvieron una competencia dispar. Si bien las subastas oficiales y particulares no desaparecieron, con las posibilidades que ofrecen Mercado Libre o Facebook Marketplace, entre tantas aplicaciones de esta índole, la realidad cambió los términos para quienes están en este rubro.

Algunos platenses optan por recurrir a los remates barriales, mientras el resto le saca una foto a lo que quiere vender y la sube a las historias de Instagram o Facebook, o postea un estado en WhatsApp.

En el caso de los portales de compraventa, en general ofrecen mayor visibilidad a cambio de resignar parte del dinero obtenido por la venta. También pueden pagarse anuncios para viralizar la publicación del artículo a expender.