Ya llegan las primeras peras

Cuando se acerca el otoño comienzan a aparecer las primeras peras, que estarán en esplendor el mes próximo.

Además de tener innumerables beneficios para la salud, son muy versátiles para la cocina.

Los perales (Pyrus) son árboles frutales de la familia de las rosáceas, como el manzano, originarios de Europa y Asia. Pero su cultivo rápidamente se extendió a otras zonas y hoy Argentina es el principal exportador y productor de Sudamérica.

Como todos los vegetales, tiene múltiples beneficios para la salud. Esta fruta, además, contiene mucho líquido, por lo que es ideal para mantener una buena hidratación.

La pera aporta al organismo muchas vitaminas y minerales, como

Vitaminas A, E, C y B; calcio; potasio, hierro, ácido fólico, entre otros.

Son una excelente fuente soluble e insoluble de fibra, esencial para la salud digestiva. Estas fibras ayudan a mantener la regularidad intestinal en sus procesos digestivos. Las peras aportan el 22% de la fibra que el cuerpo necesita a diario.

Adicionalmente, las fibras solubles ayudan a la flora intestinal en su funcionamiento. La flora intestinal consiste en un conjunto de bacterias benignas que se encuentran en los intestinos. Su principal función es eliminar las bacterias y virus dañinos y ayudar en la digestión. Al ayudar a la flora intestinal, las peras son consideradas prebióticos, asociadas al envejecimiento sano y a la buena inmunidad.

Tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes

Las peras poseen una gran cantidad de antioxidantes flavonoides, que disminuyen la inflamación y contribuyen a la salud del corazón.

Algunos flavonoides contenidos dentro de la pera son el betacaroteno, la luteína y la zeaxantina. Estos le permiten deshacerse de los radicales libres, que producen el estrés oxidativo, lo que a su vez produce envejecimiento acelerado y problemas del corazón.

La piel de la pera contiene un importante antioxidante llamado quercetina, la cual beneficia la salud cardíaca al disminuir la inflamación, la presión sanguínea y los niveles de colesterol malo.

No aportan demasiadas calorías.

Se pueden comer colas, en preparaciones dulces (al vino tinto son deliciosas) o ensaladas. Su combinación con nueces y queso azul cautiva a los fanáticos del agridulce.