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BEBEDEROS

Humberto Charo Amerise expresa: “En las plazas el agua se evaporó. Lo paradójico es que para plantas y el pasto hay regadores en las que están apadrinados, pero no hay una gota de agua para la gente. Miles de personas han sobrevivido sin amor ninguno sin agua. (W. H. Auden poeta, ensayista, nacionalizado estadounidense en 1946). Muchas cosas se perdieron en nuestra ciudad por los espacios verdes, entre ellas la ausencia masiva de los tradicionales bebederos que ya en 1890 eran un servicio elemental, junto con los baños públicos y los guardianes de muchas plazas. El verano en los espacios verdes es más que agobiante. Los amantes de salir a correr o caminar por razones de salud, combatir el estrés que prolifera en nuestra urbe o simplemente disfrutar del aire libre tampoco encuentran el alivio del agua. También para el que pasea, para los ancianos que se reúnen entre ellos o para los chicos que juegan”.

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