Se acercan las clases y la inseguridad golpea a escuelas de la Región

Edición Impresa

A menos de dos semanas de iniciarse las clases fueron robadas y saqueadas cuatro escuelas de la Región: una de Tolosa, otra de Melchor Romero, la tercera de City Bell y la cuarta de Punta Lara. De modo que ya se cuenta con varios establecimientos educativos con problemas para levantar el telón del ciclo lectivo 2024.

Se está frente a una de las modalidades delictivas dominantes en nuestra zona desde hace casi tres décadas. Y casi nunca se conoce si la Policía logró detener a los irracionales que se encarnizan con estos lugares de enseñanza, destinados a que los chicos adquieran conocimientos y se conviertan en ciudadanos de bien, con formación educativa suficiente.

La nota publicada ayer en este diario dio el detalle de lo ocurrido en cada una de esas escuelas. Hace menos de diez días, el asalto cometido en un jardín de infantes de City Bell causó una profunda angustia ya que además de los objetos que se llevaron, los ladrones cometieron un verdadero acto de vandalismo contra el edificio.

Más reciente, un establecimiento educativo de Melchor Romero fue desvalijado. Una situación similar se registró en la Escuela Primaria Nº 6 de Punta Lara. Y se sumó el golpe dado en un jardín de infantes de Tolosa, donde se llevaron hasta juguetes.

Parece necesario mencionar con qué bienes se conformó el botín que se llevaron los ladrones. Se habla de material didáctico que sirve para enseñar y aprender, ollas y otros enseres de los comedores escolares, ventiladores, caños de cobre de las instalaciones eléctricas o de gas, insumos de limpieza, un robot que se usa en los talleres para impartir conocimientos a los alumnos y aparatos de aire acondicionado.

A esta enumeración, que es meramente ejemplificativa, deben sumarse los daños irracionales causados por los ladrones: puertas, ventanas, artefactos sanitarios y claraboyas despedazadas sin ninguna necesidad, más las típicas huellas que deja un vandalismo sin explicación alguna.

Ya en la Región hay cuatro escuelas que –por exclusiva culpa de una delincuencia descontrolada, a la que no se atina a combatir- no saben cómo podrán hacer para reponer lo perdido y abrir las puertas el primer día de clase.

Existen en este recurrente problema aspectos relacionados a cuestiones de seguridad, pero también educativas, sociales y culturales que debieran ponderarse.

Y la única nota positiva que podría extraerse de estos episodios es la de que los docentes y también los padres les expliquen a los alumnos lo que significan estas agresiones a bienes que son de uso común y que debieran ser considerados como templos laicos.

Los robos y el vandalismo contra las escuelas resultan, desde luego, inexplicables e injustificables, aunque dejan a la vista niveles difusos y muy preocupantes de irracionalidad que debieran ser combatidos.

Desde luego que urge que el Estado extreme recursos y estrategias para defender el rico patrimonio material y espiritual de los establecimientos escolares. En ese sentido, debe ser revertida la indisculpable situación de indefensión en la que se encuentran y, al mismo tiempo, individualizar y castigar con el peso de la ley a los responsables.

Una vez más debe reclamarse el frecuente paso de patrulleros y la presencia de mayor cantidad de efectivos policiales en las calles, además de que se desplieguen mínimas tareas de inteligencia encaminadas a detectar a los responsables de estos delitos.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE