Medicina preventiva y calidad de vida

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“No hay estudios suficientes para asegurar que los ingredientes que tienen los alimentos balanceados son cancerígenos”, aclara la médica veterinaria María Candela Bonaura. “Hace dos años murió un gato que llegó a los 35 y hoy la mitad de la población de perros y gatos en Argentina es longeva, de más de 7 años”. Apunta también a que se disparó el diagnóstico de estas patologías porque se realizan estudios que antes no se hacían (electrocardiogramas, análisis de sangre, ecografías o resonancias) y nuestros animales conviven con la misma contaminación que afecta a los humanos. Le suma el uso indiscriminado de medicamentos, como desparasitarios que se aplican varias veces al año aunque el animal no tenga parásitos; el hecho de que cada vez haya más animales de raza (las patologías se asientan en los genes) y las enfermedades inflamatorias por intolerancia a algunos ingredientes.

Además, un factor nada menor: la nutrición en medicina veterinaria es relativamente nueva y “muchos colegas que no conocen del tema indican mal los alimentos”, lamenta Candela.

Catalina Clavijo asegura que la expectativa de vida de perros y gatos creció en los últimos años. Y aunque depende de muchos factores, “desde la alimentación tratamos de hacer medicina preventiva y darles calidad de vida; no curar al paciente por sobrepeso o enfermedad renal, sino evitar que lleguen a eso”

 

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