Buscan ampliar el uso de terapéutico de la placenta para heridas complejas
Edición Impresa | 5 de Marzo de 2024 | 00:54

Además de ser un material natural rico en factores biológicos, proteínas y nutrientes, tiene probados efectos cicatrizantes y no hay riesgos en su obtención. Sin embargo, en la mayoría de los casos no sólo se desecha, sino que se paga para hacerlo. Se trata de la membrana amniótica, un tejido transparente que cubre la cara interna de la placenta, utilizado desde hace años en terapias de regeneración de tejidos y por el cual las maternidades deben contratar a una empresa para tirarlo como un residuo biológico.
Con miras a profundizar el conocimiento de sus propiedades y al mismo tiempo hacer más amplia y eficiente su aplicación en el campo de la salud, un equipo de investigadores e investigadoras del CONICET en La Plata y Florencio Varela estudia su funcionamiento a la luz de casos clínicos concretos en hospitales de la Provincia.
“La membrana amniótica trae un recorrido largo en el campo terapéutico a nivel mundial, principalmente en oftalmología, donde se utiliza para tratar lesiones en la superficie ocular, pero también en heridas complejas”, relata Griselda Moreno, investigadora del CONICET en el Instituto de Estudios Inmunológicos y Fisiopatológicos.
“Lo más extendido -explica- es el uso de la membrana criopreservada, lo cual implica mantener una cadena de frío y el ingreso al quirófano para la colocación. Nuestras investigaciones apuntan a llevar esas aplicaciones a un plano más factible de la mano de otros formatos que requieran un procedimiento menos complejo, como son los apósitos, parches e insertos”.
Aquí entra en juego la Asociación Civil Para el Progreso de la Tecnología Médica de Tejidos, una ONG de base tecnológica que se dedica tanto al procesamiento y provisión de membrana amniótica como al desarrollo de nuevos productos biológicos, y en el medio los provee sin costo a quienes lo necesiten. De hecho, el 65 por ciento de la producción se destina a hospitales públicos donde hay profesionales –habilitados por INCUCAI o la autoridad regulatoria provincial correspondiente– que lo solicitan para tratar pacientes.
“En lugar de criopreservación, el proceso que utilizamos es el de liofilización, un tratamiento de deshidratación por el cual pasa de líquido a sólido. Así, el producto se integra al lecho de la herida porque se hidrata y libera los factores biológicos propios de la membrana más otros como ácido hialurónico y colágeno, que actúan en la regeneración del tejido”, explica Alejandro Berra, investigador del CONICET en el Centro de Medicina Traslacional
“Estamos innovando en la transformación de un procedimiento que hasta ahora era únicamente quirúrgico y que requería transporte y almacenamiento a 80 grados bajo cero, a un método que se puede aplicar en el consultorio y, en un futuro cercano, en el propio hogar”, relata el experto.
La mayoría de los casos en seguimiento que se tratan con los apósitos, parches e insertos de membrana amniótica son personas con patologías oculares o pie diabético, aunque también con quemaduras, úlceras y lastimaduras que por diferentes motivos no cicatrizan.
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