Malestar por la acción delictiva de bandas de menores en la calle 8

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Si los robos a transeúntes o a comercios por parte de menores de edad fueran casos aislados, poco habría que decir, ya eso formaría parte de la rutina cotidiana de cualquier ciudad. El problema se agrava y debería ser enfrentado a fondo por las instituciones cuando el delito juvenil se convierte, como ocurre en La Plata, en una suerte de flagelo que castiga a vecinos y comerciantes a toda hora y en cualquier lugar.

Ahora comerciantes de calle 8 entre 45 y 50 -es decir, del pleno centro de la Ciudad- acaban de denunciar que numerosas vidrieras y el interior de negocios resultan blanco de distintos actos de vandalismo y robo por grupos de menores d edad. Un grupo formado por una veintena de chicos se muestra con palos y piedras que arrojan a las vidrieras, roban lo que pueden y se dan a la fuga.

El problema es de vieja data y se ve acentuado. “Calle 8, entre 45 y 50, de noche es tierra de nadie. Andan grupos de hasta 20 y 30 pibes que roban y causan destrozos en negocios, sin que la Policía ni nadie haga algo para evitarlo”, señalaron algunos comerciantes.

La protesta ya fue institucionalizada en varias oportunidades por la Asociación Comercial Calle 8 y Adyacencias, sin que hayan logrado algún tipo de respuestas por la comisaría primera. El tramo de la ex peatonal 8 se encuentra a poca distancia de esa sede policial, del ministerio de Economía, la Legislatura, la Casa de Gobierno provincial y otras sedes gubernamentales.

“Lo menos que puede hacer la Policía es aunque sea poner de noche a un patrullero que recorra calle 8 y las transversales. Lo hemos pedido en más de una ocasión en la comisaría pero no te dan bolilla. Y eso que están a pocas cuadras del Centro”, expresaron. Según información estadística oficial de la Corte Suprema de la Nación, casi el 30 por ciento de los delitos contra la propiedad, la integridad sexual y las personas son cometidos por menores que no alcanzan a tener 16 años de edad.

Si bien como se ha dicho, en esta delicada cuestión existen posturas antagónicas, correspondería señalar que, en materia de inseguridad, si hay una cuestión que debe analizarse a fondo, revisando todos los aspectos involucrados en ella, esa es la de la intervención de menores en delitos.

Se han reiterado en esta columna, desde hace muchos años, fundamentos acerca de la necesidad de que existan en la Provincia y en el país políticas preventivas y de inclusión integral para alejar a los menores del delito. No puede ignorarse tampoco la actitud aviesa de muchos mayores que se aprovechan del estado de inimputabilidad penal de los menores, instándolos a delinquir.

Está comprobado, también, que una mayor inclusión de esos niños y jóvenes en actividades educativas, culturales, artísticas, deportivas o recreativas resultaron totalmente positivas y sirvieron para apartarlos del delito y de la droga, abriéndoles, además, perspectivas concretas de un futuro mejor. En esta política se han destacado mucho más algunas iniciativas concretadas en el sector privado -en muchos clubes, por ejemplo- que en el sector público.

 

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