Un clásico global: el Cubo Mágico cumplió los 50
Edición Impresa | 22 de Mayo de 2024 | 04:12

En un día primaveral de 1974, en su habitación repleta de un amasijo de papeles y cordeles, Erno Rubik tuvo la idea de unir pequeños cubos de madera. Poco se imaginaba que ese invento iba a conquistar el mundo.
Es una trayectoria “increíble”, se sorprende todavía este húngaro de 79 años en el Instituto de Tecnología Aquincum de Budapest, donde a veces da conferencias.
Medio siglo después, el cubo de Rubik es como su “hijo prodigio”: su “gloria” eclipsa a su progenitor, cuenta el discreto inventor en pantalones vaqueros y sandalias, que no acostumbra dar entrevistas.
Rubik era entonces un simple profesor de arquitectura y diseño, sin ambición de “dejar una marca en el mundo”, explicaba en un libro publicado en 2020. Pero su curiosidad y su interés por los rompecabezas y los desafíos geométricos lo llevaron involuntariamente a otra dimensión.
Después de elaborar numerosos prototipos para encontrar el mecanismo idóneo y días enteros rompiéndose la cabeza para resolver el juego, Erno Rubik registró la patente en 1975.
Dos años después, el “Cubo Mágico” de 3x3x3, que después tomaría el nombre de su creador, desembarcó en las jugueterías de la Hungría comunista antes de conquistar Estados Unidos.
Desde su creación, se han vendido más de 500 millones de ejemplares del cubo, sin contar los millones de falsificaciones, desmintiendo a quienes preveían su declive en la época de las pantallas.
El cubo de Rubik, además, fascina por el número de caminos posibles para encontrar el orden a partir del caos: 43 quintillones.
A lo largo de las décadas, Erno Rubik confeccionó una colección de 1.500 portadas de revistas con su invención.
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