“El delito, un viaje de ida”: millonario escruche en La Plata a un penitenciario
Edición Impresa | 10 de Junio de 2024 | 02:27

La inseguridad pega fuerte y en todas partes. Por eso, dejar una casa sola en La Plata representa desde hace varios años un verdadero riesgo. No importa el motivo de la ausencia. Sea por vacaciones, un paseo o, incluso, cumplir con tareas tan elementales como trabajar o estudiar.
El asedio delictivo es tal, que los ladrones parecieran tener un as bajo la manga y aprovechan al máximo este tipo de situaciones, ya que siempre se las ingenian para atacar en viviendas sin moradores.
“Escruche” es la palabra que en la jerga policial define a aquel delito que no pocos consideran “el menos peor” o el “mal menor”, porque ocurre en ausencia de las víctimas.
Sin embargo, suele tener consecuencias devastadoras, tanto por el robo de objetos de valor, como por los actos de vandalismo contra la estructura y el mobiliario de cualquier domicilio.
Es por ello que, si se trata de un viaje largo, muchos optan por articular las medidas de seguridad con las que ya cuentan, tales como cámaras de seguridad, alarmas y rejas, con la presencia de algún pariente o amigo que se encarga de darse una vuelta para verificar que todo esté en condiciones y reflejar la presencia de gente en la morada.
Esta fue la estrategia que terminó adoptando un trabajador del Servicio Penitenciario bonaerense, que decidió un viaje fuera de los límites de la Ciudad.
En ese marco, le pidió a una compañera que se hiciera cargo de la tarea de asistir a su domicilio, ubicado en Diagonal 151 entre 43 y 44, durante el día, en al menos en dos oportunidades, para prender la luz y darle de comer a sus mascotas.
Fue en una de esas rondas que la mujer terminó descubriendo el peor de los escenarios para su amigo.
La maniobra delictiva fue advertida ayer alrededor de las 15.20, cuando la mujer que había quedado a cargo de cuidar la propiedad retornó luego de cumplir con su jornada laboral.
Según confiaron fuentes que investigan el caso, apenas llegó a la propiedad, se encontró con que la puerta estaba abierta y que presentaba claros signos de haber sido barreteada en la zona de la cerradura.
Cuando separó la hoja del dintel, un abrumador desorden le hizo comprender de forma inmediata que la casa había recibido una indeseable visita.
De forma inmediata se comunicó con el propietario para darle la noticia y pedirle detalles sobre los pasos a seguir.
La primera instrucción que le pidió el penitenciario fue que se fijara si se encontraba en su habitación una caja fuerte en la que guardaba sus ahorros. Y en el mismo acto le pidió que revisara sí aún estaba en su placard su pistola 9 mm.
Ambas búsquedas resultaron infructuosas. Así, los intrusos terminaron obteniendo un total de 5 millones de pesos y un arma de fuego. Además, según el inventario que se realizó posteriormente, se pudo detectar que se llevaron un televisor.
Los investigadores se encargaron ayer de analizar la escena criminal con alto grado de detalle pero, en principio, no se pudieron detectar huellas dactilares.
Es por ello que la mayoría de los esfuerzos se centraron en recopilar las imágenes de las cámaras de seguridad de la zona para intentar definir la cantidad de ladrones que participaron del golpe y el medio que utilizaron para arribar al lugar.
“¿Quién más sabía lo del viaje?”, “¿Alguien tenía conocimiento de la existencia de una caja fuerte?”, “El damnificado, ¿contó que tenía ahorros?”, son algunos de los interrogantes que por estas horas están intentando responder los investigadores, sin descartar hipótesis.
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