Por el voto de los empresarios
Edición Impresa | 12 de Junio de 2024 | 02:02

Josh Boak
En campaña electoral, al presidente Joe Biden le gusta golpear duro a las empresas estadounidenses. El demócrata dice a los votantes que deberían pagar más impuestos y culpa a muchas compañías por el aumento en los precios. Pero en los últimos meses, altos funcionarios del gobierno también han contactado más los directores generales y otros líderes corporativos para preguntarles qué necesitan. El esfuerzo invade el terreno de la comunidad empresarial que el expresidente Donald Trump, virtual candidato republicano, considera su territorio.
Ambos aspirantes quieren transmitir a los votantes de cara a noviembre el mensaje de que pueden trabajar con los empleadores, incluso si el electorado ferozmente dividido ha hecho que muchas empresas estén recelosas de tomar partido político públicamente.
El discurso de venta del equipo de Biden a los líderes empresariales es más o menos así: Creemos que la economía va bien, pero queremos escuchar de ustedes cómo podemos impulsar la inversión.
“Sab en que siempre serán escuchados”, dijo Lael Brainard, directora del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca. “Somos pragmáticos. Les solucionamos problemas”.
Mañana, Trump presentará su caso ante la Mesa Redonda Empresarial, una asociación de más de 200 jefes de empresas, sobre por qué la economía sería mejor si él regresara a la Oficina Oval.
Biden también fue invitado a asistir, pero estará en Italia para la cumbre de líderes mundiales del Grupo de los Siete. El jefe de despacho de la Casa Blanca, Jeff Zients, quien anteriormente fue CEO, asistirá en su lugar y presentará la visión del presidente al grupo.
Biden lleva mucho tiempo tratando de equilibrar los intereses de las empresas y de los trabajadores, y ha moderado sus críticas a las empresas al señalar que, como exsenador de Delaware, proviene de la “capital corporativa del mundo”.
Trump, por su parte, realzó su reputación como promotor inmobiliario multimillonario y ha comercializado de todo, desde cursos educativos hasta filetes y corbatas, además de que su homónimo Trump Media & Technology Group cotiza en el mercado de valores.
Después de recortar los impuestos corporativos durante su mandato y prometer reducir las regulaciones, Trump ha conseguido el apoyo de multimillonarios de Wall Street como Stephen Schwarzman, quien lo llamó un “voto por el cambio”.
El Washington Post informó que Trump ha pedido a los ejecutivos de la industria petrolera que le ayuden a financiar su campaña, dadas las ganancias que su gobierno les produciría, un informe que la campaña de Trump dijo que era falso.
Trump ha descrito la economía estadounidense como horrible a pesar de la baja tasa de desempleo del 4% y el crecimiento de las acciones bursátiles este año. Su argumento resuena en gran medida entre los votantes debido al aumento de la inflación en 2022, que ha dejado a muchos adultos pesimistas sobre la economía.
Karoline Leavitt, portavoz de la campaña de Trump, dijo que “tanto los líderes empresariales como las familias trabajadoras están ansiosos por el regreso de estas políticas de sentido común”, como los recortes de impuestos, la desregulación y el aumento de la producción de petróleo y gas natural.
Los principales asesores de Biden escucharon una visión sobre la economía diferente a la que Trump impulsa. Los funcionarios del gobierno dicen que los CEO con los que se han reunido están en general satisfechos con el desempeño del mercado de valores y de la economía en general, ya que la inflación ha disminuido sin la recesión que algunos temían.
Los líderes empresariales estadounidenses, según el equipo de Biden, buscan maneras de sostener el crecimiento: no hay suficientes trabajadores calificados para cubrir los puestos de trabajo disponibles, es necesario simplificar los permisos gubernamentales, y en general están de acuerdo con el impulso del gobierno para renovar una exención fiscal corporativa para gastos de investigación y desarrollo.
Varios funcionarios del gobierno de Biden dijeron que los líderes empresariales también expresaron preocupaciones sobre Trump, a pesar de que las discusiones entre la Casa Blanca y los CEO no han sido específicamente sobre las elecciones de noviembre. Los aumentos de aranceles defendidos por Trump podrían afectar las relaciones con socios comerciales y perjudicar los ingresos corporativos. Los precios de las acciones y los bonos podrían caer si Trump intenta imponer control sobre agencias políticamente independientes como la Reserva Federal, o socava el estado de derecho que ha sido la piedra angular del capitalismo estadounidense.
AP
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