Continúa abierto el “ciclo delictivo” en instituciones educativas

Desde hace bastante tiempo el delito parece ensañado con los establecimientos educativos de la Región, donde no solo van a robar, sino que además provocan importantes destrozos en sus instalaciones.

En las últimas horas, trascendieron dos nuevos episodios de esas características.

Se informó al respecto que uno de los casos tuvo lugar en el jardín de infantes “Casa del Niño”, ubicado en Diagonal 115 entre 42 y 42 bis.

Según lo dado a conocer a este diario por una fuente policial que trabaja en el caso, la amarga situación fue descubierta “por dos docentes del Jardín de Infantes, quienes advirtieron, a la mañana temprano, que habían violentado a la puerta principal”.

Citó además que “también causaron daños en otros sectores y un enorme desorden”.

En relación a las pertenencias sustraídas, detalló que los ladrones “robaron un televisor de 42 pulgadas, una multiprocesadora con varios elementos, tres estufas eléctricas, una estufa de tiro balanceado, un ventilador y un parlante grande con micrófono”.

Enumeró que los intrusos se llevaron también “una PlayStation, cuatro paños de cortinas, un grabador, una pava eléctrica y dos alargues de 30 metros cada uno”.

Con relación a las averías constatadas en el establecimiento, puntualizó que fueron en “cerraduras, puertas y ventanas”.

Los pesquisas tratan ahora de identificar a los responsables del vandálico robo, a través de las cámaras de seguridad que existen en la zona.

UN BOQUETE FRENTE A PLAZA ALSINA

Otro ataque similar se produjo en el CENS (Centro Educativo de Nivel Secundario) N° 458, que está en 1 y 38, frente a la Plaza Alsina.

Un vocero policial indicó sobre el particular que “la directora del colegio avisó que desconocidos habían robado cuando el lugar estaba cerrado”.

Acerca de los faltantes que se constataron, señaló que “los delincuentes se apoderaron de dos netbooks y un termómetro digital”.

A diferencia de lo que estilan hacer los violentos que roban en establecimientos educativos, en esta ocasión no hubo roturas de puertas ni ventanas. “Hicieron un boquete en una pared y se metieron por ahí”, cerró.