Los críticos de la monarquía se invitaron al cumple del rey
Edición Impresa | 16 de Junio de 2024 | 03:29

Desde el balcón del Palacio de Buckingham, la familia real británica pudo ver las consignas y escuchar los abucheos de activistas antimonárquicos, pocos pero decididos, que se invitaron al cumpleaños oficial de Carlos III.
Cuando todas las miradas estaban en la primera aparición oficial de la princesa Kate, tras el cáncer que se le diagnosticó en marzo, los antimonárquicos trataron también de atraer la atención.
Con sus banderas amarillas en las que podía leerse “Not my king” (No mi rey), estos militantes republicanos se encontraron con reacciones hostiles de seguidores de la corona.
Pese a esos mínimos momentos de tensión, todo había empezado en un ambiente agradable en el Mall, la larga arteria de asfalto ocre que conduce al palacio real en el centro de Londres.
Pero esas decenas de antimonárquicos trataron de aguar la fiesta en el “Desfile del estandarte” (“Trooping the colour”).
“La monarquía es antidemocrática, corrupta en la medida en que gastan millones de libras de nuestro dinero en su estilo de vida, interfieren en la política”, acusa Graham Smith, director del grupo Republic.
Aunque existe desde hace mucho tiempo, el movimiento, que dice contar con 140.000 seguidores y 10.000 miembros contribuyentes, sólo despegó desde el inicio del reinado de Carlos III.
Aunque sus manifestaciones sólo reúnen a unas pocas decenas de personas, Graham Smith señala que “lo importante es el movimiento y su crecimiento”.
Pero la mayoría de los británicos sigue apegada a la monarquía, aunque su nivel de aceptación está más dividido entre los jóvenes.
En la escena política británica, el republicanismo es casi inexistente, pero Graham Smith lucha por un referéndum.
Tras el anuncio de los cánceres que padecen Carlos III y su nuera la princesa Kate, la familia real alcanzó mayores niveles de aceptación y simpatía.
“Les deseo lo mejor”, “es fantástico que aparentemente les esté yendo bien”, afirma Graham Smith, “pero eso no cambia el hecho de que no deberían estar donde están”.
Gordon Alexander, miembro de Republic, de 72 años, cree que el país “no necesita un monarca como jefe de Estado”.
“No tiene sentido que todavía tengamos una estructura que permita a una persona o a una familia contar con una influencia inmensa”, que “no la merece ni por sus cualificaciones ni por su comportamiento”, explica.
“El dinero de nuestros impuestos no debería destinarse a acontecimientos como éste”, añade su esposa, Isabelle de Zoysa.
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