Perpetua a un hombre por matar a golpes a la abuela
Edición Impresa | 28 de Junio de 2024 | 02:00

El día 25 de diciembre de 2017, siendo aproximadamente las siete de la tarde, una jubilada de 73 años, identificada como Valentina Peralta, fue asesinada a golpes de puño sobre su rostro, cabeza y costillas, que le provocaron varias fracturas y el estallido del hígado.
La mujer se hallaba recostada en un sillón de su casa situada en la calle 139 bis Nº 5380 entre 477 y 478 de City Bell, cuando sobrevino ese ataque que la tomó desprevenida e indefensa.
Por ese hecho quedó detenido su nieto, Matías Ezequiel Bustos, quien acaba de ser condenado a prisión perpetua.
La instrucción de la causa tramitó en la fiscalía Nº 3 de La Plata, en aquel entonces a cargo del fiscal Marcelo Martini, quien encontró a Bustos autor de esa agresión mortal, ya que incluso existían antecedentes de agresiones anteriores.
“El tipo de personalidad calificada como psicopática no le ha impedido comprender ni dirigir sus acciones”, expresó el funcionario judicial en su requerimiento de elevación a juicio.
Precisamente, llegada esa etapa de debate, con intervención del Tribunal Criminal II, integrado para la ocasión por los jueces Claudio Bernard, Silvia Hoerr y Juan Carlos Bruni (h), le aplicaron la máxima pena por los delitos de “homicidio agravado por el vínculo, con alevosía, ensañamiento y por violencia de género”, tal como lo solicitara la fiscal de instancia, Victoria Huergo, que ante el cúmulo de pruebas decidió agravar los cargos con los que Bustos había llegado al proceso.
Precisamente, volviendo a las palabras de Martini, el argumento de la defensa, a cargo del defensor oficial Manuel Bouchoux, fue precisamente el de la inimputabilidad, ya que la autoría no fue discutida. Incluso habló de un consumo de estupefacientes.
Sin embargo, esa postura no encontró favorable acogida entre los magistrados, que consideraron que Bustos era plenamente consciente cuando golpeó a su abuela hasta la muerte.
Tampoco encontró receptividad en su planteo de nulidad del procedimiento policial, cuando dijo que el acta de detención se confeccionó sin la asistencia de un defensor del imputado, quien, sin ser coaccionado, confesó el crimen.
“No la aguantaba más”, “estoy cansado”, “la maté a golpes”, “le di piñas”, “así festejé mi cumpleaños”, habrían sido algunas de las frases que lanzó ese día, mientras los vecinos, agolpados en la puerta del domicilio, pretendían vulnerar el cordón de seguridad para lincharlo, algo que finalmente no lograron hacer.
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